lunes, 7 de diciembre de 2009

El jinete pálido

(Pale Rider) USA, 1985. 115m. C.
D.: Clint Eastwood
I.: Clint Eastwood, Michael Moriarty, Carrie Snodgress, Christopher Penn.

Una figura oscura, cabalgando sobre un caballo de piel blanca, aparece como respuesta a las súplicas que una joven hace a aquellos poderes que están por encima de los hombres y que se divierten jugando juegos de azar con el destino de éstos. Esta figura aparece arropada por un poderoso álito telúrico (esos magníficos planos aéreos de las montañas y las nubes). Desde su primera aparición, el Predicador encarnado por Clint Eastwood concentra en su enigmática presencia toda la fuerza de un poder bíblico: es tanto la esperanza de los desvalidos como el inmesiricorde castigo de los opresores. Un deus ex machina investido de ángel exterminador.

Este tono fantástico, casi sobrenatural, es reforzado por una fotografía tenebrista. Todos los personajes se ven atrapados por las sombras que les impiden avanzar: Sarah intenta reconstruir su vida con otro hombre, pero el abandono de su anterior marido la ha obligado a encerrarse en sus propios sentimientos, sin compartirlos con nadie; Hull Barret se niega ha dejarse arrebatar lo que es suyo, quizás para demostrarse a sí mismo que es capaz o para demostrarle a Sarah que puede darle seguridad, una obcecación que se vuelve obsesión; Megan quiere dejar atrás cuanto antes la infancia y entrar en el mundo de los sentimientos y placeres adultos, queriendo aprovechar una vida que se prevee corta; incluso la ciudad, siempre retratada de día, parece manifestar lo efímero de su presencia: con los edificios sin pintar y la calle siempre vacía se asemeja a un pueblo abandonado. El jinete pálido bajo su apariencia de western, en realidad es una película de fantasmas.

Fantasmas terriblemente físicos, como demuestra el cuerpo marcado del predicador, con esa corona de espinas formada por cicatrices de impactos de bala. Los cuerpos se abren sangrientamente, reducidos a carne mutilada por los golpes que reciben. En varias ocasiones, el predicador aparece y desaparece delante de los ojos que lo observan. En el enfrentamiento final, hace uso de una habilidad de ubicuidad. Como si nos encontráramos antes un espectro, la sombra de un hombre cuya misión no sabemos si es impartir justicia o expiar las culpas de una vida anterior marcada por la muerte.

2 comentarios:

Javier dijo...

Bienalllado, Mr.Int. Es un placer volver a disfrutar de su punto de vista a través de la Red.

Veo que además lo ha cogido con fuerza y ánimos.

Esta peli en concreto es una de mis favoritas de Eastwwod, y fué la primera que ví de su temática del oeste "vengativa" (después ya ví "Infierno de Cobardes" y "Sin Perdón".

Por cierto una pregunta, ¿Vas a dedicar este Blog sólo a cine o también veremos opiniones sobre TV, literatura y cómics?

José M. García dijo...

Bienvenido a este humilde rincor.

Sabía que te gustaría esta entrada en particular. Estáte atento, porque el sr. Eastwood volverá a aparecer en breve.

En un principio, al igual que Proyecto Estragos, estará dedicado sólo a cine. Pero quien sabe...

¡Un saludo!