USA, 1995. 101m. C.
D.: Paul W.S. Anderson P.: Lauri Apelian & Lawrence Kasanoff G.: Kevin Droney I.: Christopher Lambert, Robin Shou, Linden Ashby, Cary-Hiroyuki Tagawa F.: 1.85:1
¿Puede una película basada en un vídeo-juego cuya mayor seña de identidad, y fuente directa de su popularidad, fue su desmedida violencia no contener prácticamente ni una sóla gota de sangre? ¿Puede una canción salvar una mala película? ¿Y puede esa mala película redimirse con el paso del tiempo? Estas son algunas de las varias preguntas que uno se plantea mientras ve, atónito, Mortal Kombat, adaptación por parte del incomprensiblemente popular Paul Anderson, quien años después volvería al escenario del crimen con la igualmente mediocre Resident Evil, del célebre juego de lucha Mortal Kombat, diseñado por Ed Boon y John Tobias para la compañía Midway.
Desde luego, no podemos afirmar que Mortal Kombat haya mejorado con el paso de los años, pero sí es justo reconocer que ha adquirido unos valores extracinematográficos que hace que su visionado sea más simpático de lo que lo fue en su momento. Mortal Kombat no es más que la puesta al día del icónico esquema argumental del torneo de artes marciales que reúne a los mejores luchadores del planeta (y de las dimensiones) y cuyos antecedentes más reconocibles (al menos para el gran público) sería Operación Dragón y Contacto sangriento. En el caso que nos ocupa, este escenario sirve para plantear el primigenio enfrentamiento entre el Bien y el Mal, la luz y la oscuridad (literalmente: Rayden, representante de los "buenos" viste de blanco, mientras que su némesis, Shang Tsung le tiene cariño a las ropas más oscuras), quienes eligen a sus luchadores para que peleen por ellos. Pero todo esto no es más que una excusa. Lo que realmente quiere ver el público potencial del film es ver a sus personajes favoritos haciendo los mismos movimientos que en el juego. La influencia de dicho juego no sólo se ve reflejada en el argumento y los personajes, sino en la propia estructura de la película: una acumulación de escenas de acción sin ningún tipo de lógica ni espacial ni temporal, saltando los protagonistas de un escenario a otro y haciendo avanzar el metraje a base de mamporros (eso o nos encontramos ante el torneo de artes marciales con peor organización de la historia, tal es la confusión en la sucesión arbitraria de los combates: ¿Por qué algunos se desarrollan en una especie de tatami rodeado de gente y otros en un bosque en soledad? ¿Por qué Liu Kang tiene que combatir tres veces consecutivas y sus compañeros, Johnny Cage y Sonya Blade sólo una cada uno?).
Hacia mediados de los 90 se produjo un pequeño boom del cine fantástico y de terror de target principalmente juvenil (y en esto tuvo mucho que ver el éxito de Scream. Vigila quien llama y la resurreción del subgénero killer on the loose). La principal característica de estos films consistía en que eran películas cuya base argumental e incluso narrativa pertenecía a los modestos territorios de la Serie B pero cuya visualización en pantalla parecía querer ocultar esa condición mediante la actualización tecnológica con mayor (Hombres de negro o El mundo perdido: Jurassic Park) o menor (The Relic o Anaconda) presupuesto. Mortal Kombat supone la radicalización de ese tipo de productos: su recargado diseño de producción de notorio cartón-piedra, su uso (y abuso) de la técnica del morphing, su Goro animatrónico, sus ridículos disfraces (aunque poco se podía hacer con los feos diseños originales. Si quieren ver un Rayden como Dios manda acudan a Golpe en la pequeña China) y su banda sonora maquinera, vistos hoy en día, no puede por menos que dibujarnos una sonrisa en nuestra cara puesto que reflejan con meridiana precisión su auténtica naturaleza: por mucho que Paul Anderson la adornara con ampulosos movimientos de cámara, el destino natural de Mortal Kombat sería las estanterías del vídeo-club más tirado de barrio (y ojo, que no estoy hablando de DVD, sino del arcaico y entrañable VHS).
Desde luego, no podemos afirmar que Mortal Kombat haya mejorado con el paso de los años, pero sí es justo reconocer que ha adquirido unos valores extracinematográficos que hace que su visionado sea más simpático de lo que lo fue en su momento. Mortal Kombat no es más que la puesta al día del icónico esquema argumental del torneo de artes marciales que reúne a los mejores luchadores del planeta (y de las dimensiones) y cuyos antecedentes más reconocibles (al menos para el gran público) sería Operación Dragón y Contacto sangriento. En el caso que nos ocupa, este escenario sirve para plantear el primigenio enfrentamiento entre el Bien y el Mal, la luz y la oscuridad (literalmente: Rayden, representante de los "buenos" viste de blanco, mientras que su némesis, Shang Tsung le tiene cariño a las ropas más oscuras), quienes eligen a sus luchadores para que peleen por ellos. Pero todo esto no es más que una excusa. Lo que realmente quiere ver el público potencial del film es ver a sus personajes favoritos haciendo los mismos movimientos que en el juego. La influencia de dicho juego no sólo se ve reflejada en el argumento y los personajes, sino en la propia estructura de la película: una acumulación de escenas de acción sin ningún tipo de lógica ni espacial ni temporal, saltando los protagonistas de un escenario a otro y haciendo avanzar el metraje a base de mamporros (eso o nos encontramos ante el torneo de artes marciales con peor organización de la historia, tal es la confusión en la sucesión arbitraria de los combates: ¿Por qué algunos se desarrollan en una especie de tatami rodeado de gente y otros en un bosque en soledad? ¿Por qué Liu Kang tiene que combatir tres veces consecutivas y sus compañeros, Johnny Cage y Sonya Blade sólo una cada uno?).
Hacia mediados de los 90 se produjo un pequeño boom del cine fantástico y de terror de target principalmente juvenil (y en esto tuvo mucho que ver el éxito de Scream. Vigila quien llama y la resurreción del subgénero killer on the loose). La principal característica de estos films consistía en que eran películas cuya base argumental e incluso narrativa pertenecía a los modestos territorios de la Serie B pero cuya visualización en pantalla parecía querer ocultar esa condición mediante la actualización tecnológica con mayor (Hombres de negro o El mundo perdido: Jurassic Park) o menor (The Relic o Anaconda) presupuesto. Mortal Kombat supone la radicalización de ese tipo de productos: su recargado diseño de producción de notorio cartón-piedra, su uso (y abuso) de la técnica del morphing, su Goro animatrónico, sus ridículos disfraces (aunque poco se podía hacer con los feos diseños originales. Si quieren ver un Rayden como Dios manda acudan a Golpe en la pequeña China) y su banda sonora maquinera, vistos hoy en día, no puede por menos que dibujarnos una sonrisa en nuestra cara puesto que reflejan con meridiana precisión su auténtica naturaleza: por mucho que Paul Anderson la adornara con ampulosos movimientos de cámara, el destino natural de Mortal Kombat sería las estanterías del vídeo-club más tirado de barrio (y ojo, que no estoy hablando de DVD, sino del arcaico y entrañable VHS).
8 comentarios:
Reseña escrita a petición de Yota.
Aprovecho para decir un par de cosas:
1) este es el post nº 100. Un agradecimiento a todos los seguidores del blog. A ver si entre todos conseguimos, como mínimo, otros 100.
2) si alguien tiene interés en ver reflejada en este blog alguna película en particular que lo indique. Siempre y cuando esté dentro de mis posibilidades lo haré gustosamente.
un saludo a todos!
Las dos películas me parecieron malísimas y soberanamente aburridas, aunque en general hay bastante gente que las tiene entre sus conversiones preferidas película-videojuego. Para mí no se diferencian mucho del patético espectáculo ofrecido por SFTM
La intro de Mortal Kombat : Shaolin Monks (XBOX) muestra mejores escenas de lucha que cualquiera de las dos películas, y dudo que no se hubiera podido recrear en la gran pantalla
¿Qué tal una crítica de Blade Runner?
O, ya que has estado tan enfrascado dentro del género del slasher y reseñaste la secuela, ¿por qué no te animas a reseñar La Noche de Halloween de John Carpenter? Para mí la mejor de su género con diferencia.
Y si tienes estómago... mírate el remake de Rob Zombie y lo pones a parir. Que no digo que haya que tener estómago porque sea desagradable, sino porque me parece un despropósito.
Por cierto, Ovi-One soy yo, es que no podía acceder a mi cuenta.
ÀNGEL: no he visto la segunda, miedo me da. Yo el recuerdo que tengo del SF de De Souza es el de una peli terminalmente aburrida.
El único juego de la saga que conozco en profundidad es el primer título para Master System II. Del resto me he desentendido.
OVIDIO: cuando finalice la saga de VIERNES 13 (que parece que no, pero aún nos quedan unas cuantas) tengo planeado ponerme con la de HALLOWEEN, que es otra que tal: 8 entregas + remakes. Ya te adelanto que a mí el remake de Rob Zombie me gusta mucho (como todo lo que hace este hombre).
Queda anotada tu petición de BLADE RUNNER.
Un saludo a todos.
Muchas gracias!
jajaja, pues a mi Mortal Kombat, me parece una película "buena", pero entiendase para lo que es.
Creo que de todas las adaptaciones de videojuegos, es sin duda la más fiel, además de tener unas coreografía de la leche, la pelea final entre Liu kang y Shang tsung es la caña.
Y claro el opening inicial con la música machacona jamás se me olvidará!
Enhorabuena, y esperemos que sean muchos más que otros 100!
Yo con la tontería llevo ya casi 1200 entradas, y si yo he podido....
A falta de ver adaptaciones más recientes como PRINCE OF PERSIA, por ahora me quedo con SILENT HILL. Aunque lo más curioso es que una de las películas que mejor han reflejado las mecánicas de los vídeo-juegos es una que no adapta ninguno: eXistenZ, del gran David Cronenberg.
Y el futuro del blog, bueno, supongo que ya sabes como funciona esto: un día, simplemente, te cansas y...
Un saludo.
jajaja, ya, ya lo se.
El mío lo he cerrado tres veces....
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