miércoles, 21 de abril de 2010

Abyss


(The Abyss) USA, 1989. 171m. C.
D.: James Cameron
I.: Ed Harris, Mary Elizabeth Mastrantonio, Michael Biehn, Leo Burmester

A pesar de ser considerado por lo general como un director de ciencia ficción (aunque después del gigantesco éxito de Avatar quizás pase a ser considerado "el" director de ciencia ficción) James Cameron nunca ha demostrado mucho interés por explorar el espacio, por desentrañar los misterios del universo, siendo, por lo general, su cine mucho más terrenal. En las contadas ocasiones en las que ha salido del planeta tierra (Aliens. El regreso y Avatar) el viaje espacial ha sido despachado como mera rutina, un protocolo necesario para llegar al punto de destino (el planeta Acheron y Pandora, respectivamente), restándole toda importancia al viaje en sí. Resulta lógico, pues, que cuando se interesó en retratar el contacto entre el ser humano y los extraterrestres no lo hiciera con seres venido del espacio, sino que ya están entre nosotros, o, mejor dicho, bajo nosotros: en un medio más familiar para el hombre que el universo, pero igualmente desconocido y hostil: las profundidaes marinas. Un medio afín a la obra de Cameron que ya aparecía en su denostada ópera prima (Piraña 2. Los vampiros del mar) y al que volvería más tarde en Titanic y el documental Misterios del Titanic.

Pero este cambio de escenario no supone un cambio en las formas. La avanzada tecnología de la que hacen uso los protagonistas del film se asemeja a los equipos utilizados por los tripulantes de naves espaciales que surcan el espacio: la plataforma que ocupan es la nave nodriza de la que parten los vehículos que utilizan para desplazarse (y cuyo puente central es muy parecido al de la Sulaco de Aliens. El regreso) y los equipos de buceo con los que la tripulación se sumerge en los abismos marinos los hacen parecer astronautas. Cameron nos muestra el trabajo de los protagonistas con la fascinación de quien está explorando un territorio virgen, internándose en lo desconocido. Durante su primera mitad, Abyss hace gala de un notable sentido del suspense con la inspección de un submarino hundido: la claustrofobia producida por los angostos pasillos inundados, atravesados por el cableado e iluminado por las luces parpadeantes, apuntada por macabros descubrimientos (ese cadáver de cuya boca surge un cangrejo), sumado al misterio de lo que allí ha sucedido, da lugar a una atmósfera tensa y tenebrosa.

Abyss se abre con la célebre cita de Nietzsche ("Cuando miras al abismo, el abismo te devuelve la mirada") que encierra el tema principal del film: el ser humano es estudiado por seres de más allá de nuestro mundo que observan como nos dirigimos implacablemente hacia nuestra autodestrucción. Como si fuera un homenaje al cine de invasiones extraterrestres como Ultimátum a la Tierra, estos pacíficos seres (muy lejos de los beligerantes aliens) nos dan un toque de atención (mediante un mensaje que toma la forma del cine de catástrofes de los 70). Sin lugar a dudas, Abyss es la película más reflexiva y humanista del director de Terminator. La acción de la película se desarrolla en un clima especialmente tenso entre las principales potencias mundiales, a un paso del inicio de un nuevo conflicto internacional, y del que es representación (y metáfora) el matrimonio compuesto por Bud (Ed Harris) y Lindsey (Mary Elizabeth Mastrantonio), dos personas muy parecidas entre sí y cuyo amor se ve separado por el desarrollo tecnológico. Es esta mirada humana la que propicia las mejores escenas de la película: el angustioso intento de reanimación de Lindsey, efectivo por la dilatación temporal del momento; o el descenso de Bud en las más abisales profundidades cuyo único contacto con Lindsey es a través de la escritura. Incluso el villano del film, el militar incorporado por Michael Biehn, hará gala de su debilidad, y su peligrosidad vendrá dada por la psicosis producida por el encierro permanente y la falta de adaptación al cambio de presión.

Posiblemente, Abyss sea una de las películas más personales de su director: además de desarrollar una de sus obsesiones (la fascinación por la tecnología y la exploración submarina), las tensiones entre el matrimonio protagonista escenifica su propia separación matrimonial con la productora Gale Anne Hurd. También sirve para demostrar que se puede partir de 2001. Una odisea del espacio para acabar en Encuentros en la tercera fase, o, lo que es lo mismo, que James Cameron también puede ser cursi.

5 comentarios:

Lord_Pengallan dijo...

Vamos, que como te dije, te gustó batsante, no?

Me sorprende que a estas alturas descubras que Cameron es cursi. Pero si ha hecho Titanic!

Abyss no esta mal pero se ha quedado rancia (la vi por 3º o 4º vez hace pocos meses así que la tengo fresca). El conservadurismo de Cameron y todo lo que ha cambiado el cine y la vida no le han hecho ningún favor. Yo ya no la vuelvo a ver más veces. Tiene momentos buenos pero es demasiado ñoña, convencional y de género.

Como Cameron es un tipo al que desprecio no me conozco su biografía. Eso que has dicho del divorcio da a la peli otra dimensión que la hace ganar un poco de interés.

José M. García dijo...

Admito que TITANIC puede ser cursi... pero porque tiene que serlo. Es decir, está justificado por la propia película. De todas maneras, ya que estoy me pondré con la filmografía completa de Cameron, así que ya daré una opinión más desarrollada.

En cuanto a ABYSS, sí, en términos generales, me gustó, aunque es una película con graves problemas estructurales. He visto la versión extendida y creo que el metraje de más le hace flaco favor.

Por cierto, no sé si sabes que Ed Harris no se habla desde entonces con Cameron debido a la dureza del rodaje (recordemos las míticas palabras que le dirigió Cameron: "Te dejo respirar ¿qué más quieres?"). Así que podríais uniros para hacer un club de desprecio contra el director de TERMINATOR:

Un saludo.

fer1980 dijo...

Lord, ¿lo desprecias?, ¿qué problema en concreto le ves a cosas como Terminator 2 o Aliens?, no se yo creo que es un tío que sabe lo que hace y que lo hace muy bien, no todo (por suerte) tiene que ser cine de arte y ensayo, y de todos modos en las pelis de Cameron hay mucho más de lo que se ve a simple vista.

PD: Int acabo de leer una frase bastante demoledora pronunciada por el autor del libro que me dejaste “el futuro se presenta muy negro cuando una película tan ridícula como Titanic parece justificar el habitual dispendio de los estudios”, joder con Cameron, hay gente que le quiere mucho, si señor.

José M. García dijo...

Queda bastante claro que el caso de Peter Biskind es bastante radical. Su concepto del autor como un cineasta personal, radical y al margen de la industria y de la taquilla está bastante trasnochada (y no concuerda, precisamente, con la generación de los 70).

Lord_Pengallan dijo...

Tienes razón con el metraje extendido. Yo las primeras veces la vi con el normal y la última con el nuevo y no. La peli funciona mejor siendo más breve por ser convencional y de género.

No es que la peli de Titanic tenga que ser cursi, es que para hacer Titanic hay que ser cursi.

De Cameron sólo he visto, además de Abyss, T1, T2, Aliens, Mentiras arriegadas y, por desgracia, Titanic, pero al menos acabe follando por verla.

Todas esas pelis sólo las he visto una vez, lo cual creo que lo dice todo sobre mi opinión. Sólo guardo un buen recuerdo de Aliens, a ver cuando la vuelva a ver.

No tengo problema con el cine de género, pero es que no va conmigo el pensamiento conservador anglosajón y a mi me gusta que las cosas tiren por el absurdo y por el humor. Tampoco aguanto las cursiladas y las simplificaciones. Es un director pop muy competente. El mejor desde los 90, pero a años luz de gente como Hitchcock. Eso sin contar que debe ser bastante gilipollas, la anécdota de Harris ya lo deja claro, pero es que produjo el documental ese sobre la tumba de Jesús! Todo esto hace que piense de él que sobra, pero con todos los respetos, es decir, que es una cuestión de gustos y que mi desprecio es un prejucio que me impide ver que "hay mucho más de lo que se ve a simple vista".