USA, 1986. 87m. C.
D.: Tom McLoughlin P.: Don Behrns G.: Tom McLoughlin I.: Thom Mathews, Jennifer Cooke, David Kagen, Kerry Noonan F.: 1.85:1
El comienzo de la sexta entrega de la ya interminable saga dedicada a las sangrientas hazañas de Jason Voorhees parece un guiño a la primera secuencia de la entrega anterior. Tommy, a quien ya conocimos en la cuarta entrega y que se confirma en esta como el nexo de unión en las últimas películas, acompañado de un amigo desentierra el cadaver de Jason sólo para confirmar que éste está muerto, al igual que lo hacían dos palurdos en la quinta entrega. Al igual que en aquélla, Jason acaba volviendo de la tumba (y de manera muy "frankensteiniana": le cae un rayo que le reanima; y ahora sí que podemos confirmar que Jason ha resucitado, lo que nos lo convierte en todo un zombi como atestigua su demacrado rostro). Pero hay algo que diferencia esta escena de su predecesora. Los primeros planos que nos muestran un bosque inundado por la bruma, la luna atravesada por las negras nubes o un perro alimentándose en medio de la carrtera nos descubre a un director intentando algo que hasta este momento no parecía interesar a nadie: crear una atmósfera.
Viernes 13 VI Parte: Jason vive se convierte en uno de los títulos más interesantes de la saga desde el momento en que demuestra que detrás de sus imágenes hay alguien con personalidad. John McLoughlin (también guionista), consciente de estar trabajando con unos materiales ya no claramente derivativos, sino completamente desgastados por el uso, intenta (y en gran parte consigue) sublimar dichos materiales con un trabajo de puesta en escena centrado en crear un clima inquietante (esos planos de las estatuas iluminadas por los relámpagos, mudos testigos del tremendo error que van a cometer los protagonistas) y repartiendo a lo largo del metraje un buen puñado de poderosas imágenes (el plano de los pies de un recién revivido Jason llenándose de los gusanos que la lluvia arrastra desde su cara; Jason de pie, majestuoso, sobre una caravana volcada en llamas; el travelling que sigue a una de las jóvenes en el interior de una cabaña mientras, al otro lado del cristal, le sigue Jason; la puerta de la cabaña donde duermen las niñas que se abre y vemos las piernas del asesino entrando, precedido de un remolino de hojas otoñales), aportando además una estructura de intriga a contrareloj (Tommy tiene que convencer a la polícía del regreso de Jason antes de que éste llegue al campamento donde están los niños) que rompe la monotonía de una simple colección de asesinatos mas o menos creativos.
Una atmósfera que no está reñida con un más que bienvenido sentido del humor, de corte casi paródico, ya presente en los títulos de créditos: la cámara se acerca al rostro enmascarado. El iris del ojo llena la pantalla y del fondo aparece un Jason de cuerpo entero, andando de perfil y, volviéndose hacia la cámara, lanza un cuchillo que hace aparecer el título. Una parodia sangrienta de los créditos de las películas de James Bond que nos sitúa en un universo autorreferencial, como si los creadores de la película reconocieran su incapacidad para tomarse en serio un personaje y una saga que de manera casi entrañable se niega a desaparecer. Este tono paródico y referencial se extiende a las propias víctimas de Jason (cuando una pareja se topa con él en medio de la carretera, la chica dice que ha visto suficientes películas de terror para saber que alguien enmascarado no es muy amable; el grupo de ejecutivos que juegan a la guerra en el bosque y que nos deja un momento memorable cuando uno de ellos dispara con su pistola cargada con bolas de pintura a Jason; el sheriff disparando una y otra vez con su escopeta a Jason sólo para ver consternado como éste se vuelve siempre a levantar, todo un guiño tanto a la inmortalidad de los asesinos enmascarados como a sus repentinas resurrecciones) y culmina con la canción de los títulos de crédito de Alice Cooper titulada He's Back (The Man Behind The Mask). Incluso el momento en el que una de las chicas se inventa un juego protagonizado por el propio Jason utilizando una baraja parece que fue tenido muy en cuenta por los creadores del vídeojuego basado en la saga que apareció en 1989 tanto para Nintendo como para diversos ordenadores personales y cuyas reglas son muy parecidas.
Por otra parte, Viernes 13 VI Parte: Jason vive recupera el carácter serial que se había perdido debido a unas entregas que se asemejaban mas a remakes que a continuaciones propiamente dichas. Aparte de la presencia recurrente del personaje de Tommy, la película recupera una identidad espacial (volvemos al original campamento de Crystal Lake, aunque se le ha cambiado el nombre para olvidar su terrible pasado: una feliz idea de guión) y temporal (la fecha, un viernes 13, vuelve a tener importancia) que se había olvidado y que sumado a uno de los finales más espectaculares de toda la saga (con gotas de esoterismo incluídas) convierte a Viernes 13 VI Parte: Jason vive no sólo en una de las mejores entregas sino en toda una recompensa para aquellos seguidores que hemos resistido fielmente hasta llegar aquí.
Viernes 13 VI Parte: Jason vive se convierte en uno de los títulos más interesantes de la saga desde el momento en que demuestra que detrás de sus imágenes hay alguien con personalidad. John McLoughlin (también guionista), consciente de estar trabajando con unos materiales ya no claramente derivativos, sino completamente desgastados por el uso, intenta (y en gran parte consigue) sublimar dichos materiales con un trabajo de puesta en escena centrado en crear un clima inquietante (esos planos de las estatuas iluminadas por los relámpagos, mudos testigos del tremendo error que van a cometer los protagonistas) y repartiendo a lo largo del metraje un buen puñado de poderosas imágenes (el plano de los pies de un recién revivido Jason llenándose de los gusanos que la lluvia arrastra desde su cara; Jason de pie, majestuoso, sobre una caravana volcada en llamas; el travelling que sigue a una de las jóvenes en el interior de una cabaña mientras, al otro lado del cristal, le sigue Jason; la puerta de la cabaña donde duermen las niñas que se abre y vemos las piernas del asesino entrando, precedido de un remolino de hojas otoñales), aportando además una estructura de intriga a contrareloj (Tommy tiene que convencer a la polícía del regreso de Jason antes de que éste llegue al campamento donde están los niños) que rompe la monotonía de una simple colección de asesinatos mas o menos creativos.
Una atmósfera que no está reñida con un más que bienvenido sentido del humor, de corte casi paródico, ya presente en los títulos de créditos: la cámara se acerca al rostro enmascarado. El iris del ojo llena la pantalla y del fondo aparece un Jason de cuerpo entero, andando de perfil y, volviéndose hacia la cámara, lanza un cuchillo que hace aparecer el título. Una parodia sangrienta de los créditos de las películas de James Bond que nos sitúa en un universo autorreferencial, como si los creadores de la película reconocieran su incapacidad para tomarse en serio un personaje y una saga que de manera casi entrañable se niega a desaparecer. Este tono paródico y referencial se extiende a las propias víctimas de Jason (cuando una pareja se topa con él en medio de la carretera, la chica dice que ha visto suficientes películas de terror para saber que alguien enmascarado no es muy amable; el grupo de ejecutivos que juegan a la guerra en el bosque y que nos deja un momento memorable cuando uno de ellos dispara con su pistola cargada con bolas de pintura a Jason; el sheriff disparando una y otra vez con su escopeta a Jason sólo para ver consternado como éste se vuelve siempre a levantar, todo un guiño tanto a la inmortalidad de los asesinos enmascarados como a sus repentinas resurrecciones) y culmina con la canción de los títulos de crédito de Alice Cooper titulada He's Back (The Man Behind The Mask). Incluso el momento en el que una de las chicas se inventa un juego protagonizado por el propio Jason utilizando una baraja parece que fue tenido muy en cuenta por los creadores del vídeojuego basado en la saga que apareció en 1989 tanto para Nintendo como para diversos ordenadores personales y cuyas reglas son muy parecidas.
Por otra parte, Viernes 13 VI Parte: Jason vive recupera el carácter serial que se había perdido debido a unas entregas que se asemejaban mas a remakes que a continuaciones propiamente dichas. Aparte de la presencia recurrente del personaje de Tommy, la película recupera una identidad espacial (volvemos al original campamento de Crystal Lake, aunque se le ha cambiado el nombre para olvidar su terrible pasado: una feliz idea de guión) y temporal (la fecha, un viernes 13, vuelve a tener importancia) que se había olvidado y que sumado a uno de los finales más espectaculares de toda la saga (con gotas de esoterismo incluídas) convierte a Viernes 13 VI Parte: Jason vive no sólo en una de las mejores entregas sino en toda una recompensa para aquellos seguidores que hemos resistido fielmente hasta llegar aquí.
4 comentarios:
Parece inevitable que todas estas sagas extensas de los 80/90 acaben derivando en comedias. En un intento de acercarse al género gore/cómico de películas ya consagradas
Y es bastante lamentable porque otras sagas como SAW, después se ser tan exprimida y de su dudosa calidad, nunca ha llegado a caer en la comedia -que podría hacerse perfectamente-, modificando tan solo el tipo de muertes en cada película
No logro entender como este tipo de sagas pueden tener tantas partes, la gente se traga cualquier cosa
¿La última frase va por mí?
Yo considero normal que, llegados a este punto, nadie se tome en serio una saga que, entrega a entrega, es mas de lo mismo. Además que Jason ya es todo un ídolo de masas y, por tanto, difícilmente puede asustar a nadie.
De todas formas, dejar claro que este VIERNES 13 VI no es una comedia. Y que el tono paródico se utiliza mas con fines metalingüísticos. De hecho, la atmósfera es bastante conseguida.
Jajaja, bueno, va por todo el que vea estas películas, me incluyo xD
Y tú también, si no, no habría tantas películas con 1 estrella por aquí :-P
A mí me resulta menos evidente la caricaturización de la historia y los personajes en, por ejemplo, Pesadilla en Elm Street que en las 2 películas de Viernes 13 que he visto, donde los papeles se los toman a cachondeo
Igual que en Freddy vs. Jason que parece más una sitcom que otra cosa :-P
En lo de Freddy tienes razón. Pero recordemos que para la New Line la saga PESADILLA era la gallina de los huevos de oro e incluso en la época de mayor cachondeo con el personaje (PESADILLA 4) se la tomó muy en serio. Para Paramount, Jason era una manera de sacar beneficios fáciles con una inversión mínima. De ahí que nunca pretendieran innovar mucho.
Y a pesar de ser consciente de la mediocridad de estas películas, uno no puede evitar divertirse con ellas (incluso cuando te aburren).
Pero bueno, todos sabemso para donde tira la cabra.
PD.: pues aún nos quedan 4 pelis más...¡buff!
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