miércoles, 15 de septiembre de 2010

M. Butterfly

(M. Butterfly)
USA, 1993. 101m. C.
D.: David Cronenberg P.: Gabriella Martinelli G.: David Henry Hwang, basado en su obra de teatro I.: Jeremy Irons, John Lone, Barbara Sukowa, Ian Richardson F.: 1.85:1

A pesar de que con M. Butterfly Cronenberg parece seguir los caminos que empezó a recorrer con Inseparables y continuados en El almuerzo desnudo (un punto de partida más cercano al drama que a lo fantástico; la inspiración en hechos reales), hay varios motivos para considerarla una ligera anomalía en la filmografía del director canadiense. Desde una perspectiva anecdótica supone la primera vez que Cronenberg repite con un actor para el papel protagonista (Jeremy Irons, con quien ya había trabajado en la citada Inseparables) y ya a nivel industrial, pero que también tiene una repercusión visual, M. Butterfly supone la primera vez que el director de Rabia rueda fuera de Canadá, a donde incluso había logrado llevar sus anteriores producciones norteamericanas (a pesar de que los interiores sí que se rodaron en Toronto). Pero la diferencia más importante, especialmente a la hora de analizar la evolución artística y narrativa del director, es que nos encontramos ante la primera película, desde la lejana y olvidada Fast Company, desprovista de elementos puramente fantásticos. Elementos que ya fuese a un nivel iconográfico (los instrumentos quirúrjicos para operar mujeres mutantes), onírico (la pesadilla que sufría Beverly Mantle) o mental (las criaturas que guían a Bill Lee) se colaban en sus anteriores propuestas "realistas".

En su crítica de Promesas del Este aparecida en el nº371 de la revista Dirigido por (Octubre de 2007), Antonio José Navarro decía que el cine de Cronenberg "jamás había sido un tema, sino una escalofriante emoción, una mirada hechizada por la belleza medusea de lo aberrante, de lo monstruoso". Efectivamente, a pesar de la primera impresión que se pudiera tener producto de un acercamiento superficial, M. Butterfly, a pesar de los detalles enumerados al principio, no es la rareza que parece ser, sino que durante su visionado nos encontramos embargados, penetrados, por la mórbida y trágica visión de la existencia del director de Videodrome. Una visión que, a medida que su cine se ha ido alejando del género fantástico (siempre aparentemente) y acercándose a la realidad (también, de manera aparente), se ha vuelto más oscura y enfermiza, consecuencia de diseccionar dicha realidad para mostrar lo extraño, lo desconocido, anidando en su interior.

Como indicamos al comienzo del primer párrafo, M. Butterfly encuentra su inspiración argumental en una relación sentimental que no dudaríamos de tachar de inverosímil y retorcida si no fuese porque es un caso real: en 1983 el diplomático francés Bernard Boursicot fue detenido por espionaje al suministrar documentación a su amante, Shi Pei Pu, un actor de la ópera de Pekín quien le tenía engañado desde 1964, haciéndole creer que era una mujer. Este contexto convierte a M. Butterfly en lo más cercano que Cronenberg ha estado de hacer una película histórica, pero tanto en lo que respecta a los convulsos movimientos sociopolíticos como la trama de espionaje son reducidos a un ruido de fondo que envuelve la relación entre los protagonistas, aquí denominados René Gallimard y Song Liling.

Este acercamiento melodramático tiende puentes tanto con El almuerzo desnudo como con La mosca. Al igual que Bill Lee se refugiaba en la Interzona, un espacio mental creado por él mismo, para huir de una realidad que rechazaba, sólo en momentos concretos M. Butterfly transcurre en entornos físicos reconocibles como las calles de Pekín o de París, el resto será un escenario construido por la mirada de René quien, inspirado por una ficción, la ópera de Puccini Madame Butterfly, crea una idea a la que poder amar en toda su perfección idealizada. Cronenberg en ningún momento oculta, o intenta maquillar, la masculinidad de Song hasta el punto de que sospechamos de que el propio René es consciente del engaño (como parece demostrar la escena en la que, tras pasar su primera noche juntos, una vez en la calle, René se detiene un instante ante la cámara, pensativo, para, a continuación, perderse por el callejón), pero se niega a aceptarlo, huyendo de la realidad siempre y cuando no tenga que afrontarla.

De esta manera, el cuerpo, lo físico, vuelve a ser representación de la enfermedad que contagia al protagonista. En este caso, una enfermedad psicológica, entendiendo como enfermedad no una afección de carácter destructivo, sino como un proceso de cambio. Si en La mosca el cuerpo deformado de Seth Brundle era la carta de presentación del surgimiento de un nuevo ser, el cuerpo desnudo, limpio y proporcionado, de Song Liling pone en evidencia el engaño en el que vive René, de ahí que su presencia sea rehuída, consciente de que la carne nunca podrá estar a la altura de lo imaginado como demuestra en la intensa escena en el furgón. Una vez que su particular mariposa ha salido de su crisálida, mostrando su verdadera identidad, René no tendrá más remedio que iniciar su propia metamorfosis, liberándose de su envoltura cárnica para poder fundirse para siempre con una mujer tan perfecta que sólo podía ser fruto de la imaginación de un hombre.


8 comentarios:

Lord_Pengallan dijo...

Coño! Esta es de Cronenberg? No tenía ni idea. Jamás lo hubiera dicho como prueba que nunca dije que esta peli de Cronenberg la había visto.

Pero siguiendo ahora a este director por tu blog y por tanto conociéndole, ya no me parece una peli muy diferente de las anteriores. Paréceme que Cronenberg al madurar se dio cuenta que no necesita la Fantasía y el Terror para hablar de la locura, el miedo y lo aberrante. No hace falta porque dentro de la realidad ya hay cosas que son tan bizarras que son puro Cronenberg como "Crash". Además, en cierta forma esta peli habla también de transformación y de mundos imaginarios sea por autoengaño o porque el amor es ciego.

Parece que el Almuerzo es una transición de lo fantástico a lo real. Un lugar que Cronenberg quiere demostrar donde también hay locura y aberración.

Txema SG dijo...

NO he visto esta peli, ni casi ninguna de las de cronenberg por lo que he comprobado. Por eso no he comentado demasiado últimamente.

Pero voy tomando nota, para resarcir mis errores XD

José M. García dijo...

lord_pengallan:
Como sigamos así, al final va a resultar que se ha visto casi toda la filmografía de Cronenberg.

Comparto su opinión, aunque no creo que sea una decisión meditada por parte de Cronenberg el salto del fantástico a lo "real", sino mas bien un poceso natural, lógico.

Por cierto, la carrera de "M. Butterfly" en España también fue un poco irregular. Se estrenó en salas y salió en VHS, pero enseguida la cinta se descatalogó y era imposible encontrarla y hasta el pasado año no salió en DVD.

Yota:
No sé muy bien como estará saliendo esto de dedicar el blog a un sólo director. A mí me está viniendo bien a la hora de analizar las películas pero entiendo que algunos lectores no estén interesados y estén deseando que se acabe ya.

Si consigo que alguien, como usted mismo, se acerque a la filmografía de Cronenberg me daré mas que por satisfecho.

Gracias a ambos por vuestra fidelidad.

fer1980 dijo...

Yo también te sigo leyendo con interes, pero leidas las reseñas hasta ahora si he llegado a la conclusión de que Cronenberg no es para mi, pero en todo caso es interesante seguir toda la trayectoria de un director y ver su evolución, por cierto ¿por que no has comentado Fast Company?, ¿es demasiado poco Cronenberg por así decirlo?.

Txema SG dijo...

Colega, tuteame.... ya me llaman bastante de VD. por las mañanas XD

José M. García dijo...

Fer1980:
Deberías darle una oportunidad a "Inseparables", creo que sí podría gustarte. Y de ahí, seguir hacia delante. Si te convence, ya puedes intentarlo con la etapa más fantástica (y gore) de Cronenberg.

Cuando acabe el ciclo, con "Promesas del Este", faltarán 3 películas: "Stereo", "Crimes of the Future" y "Fast Company". El problema está en qu eno las he visto y es que es difícil encontrar una copia en condiciones. Con todo, intentaré remediarlo.

"Fast Company", que va entre "Rabia" y "Cromosoma tres", por lo que sé es una serie B de acción centrada en carreras de coches. Lo curioso es que si bien está carente de las obsesiones cinematográficas de su autor, sí que representa su interés personal por el motor y los cohes de carreras.

Dos intereses que sí confluirán en la próxima reseña: "Crash".

Yota:
Lo tendré en cuenta. Es una costumbre que tengo y que incluso llego a aplicar a mis amigos mas cercanos.

Un saludo a todos.

Lord_Pengallan dijo...

No creo que haya más sorpresas Int. Crash es la única que falta por salir que de las que he visto de este director. Creo.

Yo tampoco creo que sea una decisión meditada sino una consecuencia de la madurez. El tema debió empezar en Inseparables, esa noticia debió impactar bastante en Croneneberg.

José M. García dijo...

Como anécdota, a Cronenberg le costó mucho sacar a delante "Inseparables". en las reuniones con los inversores no paraba de escuchar las mismas preguntas: "¿Y por qué tienen que morir? ¿Y por qué tienen que ser ginecólogos? ¿No pueden ser abogados?"

Ahora que ya he publicado la reseña de "Crash", nos quedan 4 películas todavía. Veremos si hay alguna sorpresa mas.