viernes, 10 de septiembre de 2010

Inseparables

(Dead Ringers)
Canadá/USA, 1988. 116m. C.
D.: David Cronenberg P.: Marc Boyman & David Cronenberg G.: David Cronenberg & Norman Snider, basado en la novela de Bari Wood & Jack Geasland I.: Jeremy Irons, Geneviève Bujold, Heidi von Palleske, Barbara Gordon F.: 1.66:1

Sumario de una nueva religión
Si concebimos la filmografía de David Cronenbeg como si fuera un manifiesto, correspondiendo cada película a un capítulo de dicho manifiesto, y si lo elevamos a la categoría de religión (la religión de la Nueva Carne), podríamos dividirla en dos partes claramente diferenciadas: desde el comienzo hasta La mosca nos encontraríamos con el Viejo Testamento; y desde Inseparables hasta el que es a día de hoy su último film estrenado, Promesas del Este, sería, por tanto, el Nuevo Testamento. ¿Pero, en qué conceptos nos basamos para realizar dicha división y, además, cuales son las principales diferencias entre ambas partes?

Considerando sus dos primeros mediometrajes, Stereo y Crimes of the Future, como el Génesis, desde Vinieron de dentro de hasta La mosca, las películas de Cronenberg se desarrollan dentro de los márgenes del cine de género en su vertiente fantaterrorífica, con la excepción de la anómala Fast Company, utilizando sus códigos más codificados (el cine de zombies, el vampirismo, los poderes telepáticos, la figura del mad doctor) así como su envoltura genérica (mayormente, el thriller) para renovarlos, modificarlos, a partir de su muy personal visión de los materiales que maneja (y que fue definido como terror venéreo u horror biológico). En el Viejo Testamento de la Nueva Carne se recoge la aparición, desarrollo y nacimiento de la semilla de dicho movimiento, incubada en el género de terror, y que finalmente empieza a expandirse.

En el Nuevo Testamento, el virus de la Nueva Carne abandona el cine de género (su particular útero) para contagiar la realidad. Así, las siguientes películas del director canadiense no sólo no participan (a priori) del género fantástico, sino que su propio punto de partida estará férreamente vinculado a esa realidad ya sea a través de historias basadas en sucesos reales (Inseparables, El almuerzo desnudo y M. Butterfly) o desarrolladas en un ambiente marcadamente contemporáneo, subrayando el aquí y el ahora (Crash, Spider, Una historia de violencia y Promesas del Este). eXistenZ, en este sentido, quedaría como un paréntesis, un intermedio en el que Cronenberg ve necesario el poner al día los presupuestos de Videodrome a la era de multimedia digital que vivimos.

Más extraño que la ficción
La auténtica importancia de Inseparables no consiste, al menos no sólamente, en despertar, por primera vez, la curiosidad de la crítica cinematográfica más seria hacia la filmografía de Cronenberg, sino en la capacidad de éste para (aparentemente) renunciar a sus señas de identidad más llamativas pero, a la vez, conseguir conservar una misma mirada, un mismo espíritu, hacia unos personajes y a un escenario alejados de su universo personal. De esta forma, resulta relevante recordar el suceso real en el que se inspira Inseparables: en 1975, los gemelos Stewart y Cyril Marcus, de profesión ginecólogos, fueron encontrados muertos en su apartamento de Nueva York, rodeados de basura y restos de productos farmacéuticos.

David Cronenberg se sumerge en ese caso no para buscar unas causas, unos motivos que den sentido a tan escabrosas consecuencias, sino para descubrir la existencia de una realidad paralela oculta bajo los pliegues de la capa más epidérmica que vemos todos. En un momento del film, Elliot, uno de los prestigiosos gemelos Mantle, le dice a una paciente que debería haber un concurso de belleza para el interior de los cuerpos. En Inseparables la Nueva Carne no se manifiesta a través de la corrupción de la carne, sino que infecta el exterior permaneciendo agazapada en el interior. La Nueva Carne se integra con naturalidad en un universo angustioso y enfermizo.

Una angustia proveniente de la claustrofóbica existencia en la que permanecen encerrados Elliot y Beverly. La acción del film transcurre prácticamente en su integridad en interiores, como si el exterior fuera algo extraño, un terreno desconocido, y por tanto hostil, que los protagonistas evitaran a toda costa. Los tonos frios y metálicos con los que está construido su apartamento lo asemeja a una enorme pecera que los aisla del mundo exterior (el primer prólogo que abre la película nos muestra a unos infantes hermanos Mantle discutiendo acerca de la conveniencia de vivir bajo el agua para evitar el contacto físico con los demás).

Lo enfermizo surge del finalmente inevitable contacto con la gente que les rodea. En el segundo prólogo, en el que se nos muestra a los protagonistas siendo estudiantes, éstos ponen a prueba el prototipo de un material quirúrgico de su propia invención. El profesor les dice que ese instrumento puede servir para utilizarlo con cadáveres, pero nunca para pacientes vivos. La manera con la que los gemelos se intercambian sus conquistas denota la necesidad de estos de evitar cualquier conexión emocional, pasándose a las mujeres como si fusen objetos. Pero también sirve para vivir las mismas experiencias que el otro en lo que podríamos denominar una relación incestuosa a un nivel metafísico.

La invasión de las mujeres mutantes
Que el factor que desestabiliza tan ordenado y recio microcosmos sea una mujer no es una casualidad de igual modo en que tampoco lo es la profesión de los protagonistas. Volviendo al primer prólogo, uno de los niños Mantle le dice a su hermano lo diferentes que le parecen las chicas a ellos. El oficio ginecológico les sirve para profundizar en ese misterio femenino, desde la distancia que ofrece la ciencia médica, a través del estudio de su capacidad para crear vida. Lo que les interesa a los Mantle es el interior, donde realmente nos diferenciamos. La elaborada y ritualizada escenografía que representan las intervenciones quirúrgicas, con esos atuendos de intenso color rojo, asemeja el acto a una misa negra, como si los doctores y los enfermeros fueran conscientes de su acercamiento a lo diferente, invocando a unos seres extraños.

Cuando Elliot explora por primera vez a Claire descubre que esta presenta una poco corriente malformación en su útero. Este está divido en tres zonas, en vez de una sola, lo cual la impide tener hijos: es una mujer trifurcada. Es esta malformación la que los atrae, especialmente a Beverly: si Claire, por dentro, no es como las demás mujeres y, además, tampoco cumple con la función reproductora de estas, ¿qué clase de nueva criatura es? ¿Y cual es su propósito? El acercamiento de Beverly vendrá guiado tanto por la fascinación como por la seguridad al relacionarse sentimentalmente con algo que parece una mujer, pero que no lo es. Al sentirse traicionado por esta criatura desconocida, Beverly tendrá clara las intenciones amenazantes de estos seres: el separarle de su hermano, el dividirlos para poder destruirlos. En este sentido, los instrumentos quirúrgicos para mujeres mutantes tienen la misma funcionalidad que la pistola cárnica de Max Renn y las telecápsulas de Seth Brundle: es tanto la representación material de la Nueva Carne como el medio para manipularla.

En sus minutos finales, los gemelos Mantle volverán a las seguras paredes de su apartamento, degradado por las interferencia del exterior, encerrándose para escapar de la realidad mutante que les rodea, utilizando las drogas para intentar sincronizar artificialmente unos organismos que han perdido su armonía natural. El amago de huída de Beverly y su vuelta para yacer, en posición fetal, junto a su hermano confirma la irresistrible atracción por permanecer, ya para siempre, unidos en la seguridad de un útero eterno.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué grande sigue siendo Cronenberg

José M. García dijo...

Esa es la ventaja de seguir a un director de marcada personalidad y que ha dado muestras claras de su insobornabilidad ante la industria. Sus películas serán mejores o peores, pero siempre serán coherentes y casi tenemos asegurados unos mínimos de calidad.

Un saludo.

el cautivo dijo...

Pues ésta la recuerdo como una de las películas más decepcionantes que he visto, por la simple razón que la encontré en una ránking de ls veinte mejores películas de todos los tiempos. La verdad es que fue hace más de doce años y claro, yo por entonces no conocía la "marca Cronenberg" por lo que aspectos claramente coherentes del director como los instrumentos quirúrjicos o el médico vestido de rojo me parecieron aberrantemente bizarros.
De todas maneras la relación entre los gemelos me parece terriblemente enfermiza y malsana. Un acercamiento psicológico forzadísimo para crear el drama que llevará a la trágica resolución (aunque admito que no sabía que se basaba en un hecho real)

José M. García dijo...

Lo que dices es muy interesante porque ahí radica la clave de la peli: nos muestra unos personajes cuya relación, como bien dices, es tan enfermiza que nos parece inverosímil... pero resulta que así fue en la vida real, demostrando que la realidad es más extraña que la más retorcida ficción.

Lo más importante de Inseparables es la capacidad de Cronenberg de introducir sus obsesiones en un universo melodramático y que no sólo no chirrie, sino que sea del todo natural.

Un saludo

Lord_Pengallan dijo...

Otra que vi en la filmo.

Me aburrió muchísimo y los que me acompañaron también. Hacía tiempo que no me aburría tanto en un cine. Es una pena porque la peli es muy interesante, tiene grandes cosas y es audaz. En mi opinión el "fallo" de la peli es no terminar mucho antes. Ahora no recuerdo el momento justo pero es más o menos cuando todo esta dicho. Es decir, el proceso de autodestrucción de los gemelos es tan largo que al final no es todo lo intenso y desasosegador que podría haber sido. Si el telón hubiese caído antes habría sido un peliculón. En mi opinión claro.

Lamentablemente no pude ir a ver Videodrome y Crash en pantalla grande y ver por primera vez promesas. Me quedo con esas espinitas.

José M. García dijo...

Pues yo creo que Cronenberg modula muy bien ese descendo degenerativo. Si fuese más rápido sería menos creíble. De esta forma, Cronenberg consigue introducir conceptos propios de su cine de manera muy natural, haciendo que la atmósfera se vuelva más morbosa y enfermiza, casi onírica, de manera coherente.

Para mí, lo único realmente criticable sería la pesadilla de Bev, la cual explicita en demasía la idea central de la película.