domingo, 2 de mayo de 2010

La nueva pesadilla de Wes Craven


(New Nightmare)
USA, 1994. 112m. C.
D.: Wes Craven P.: Marianne Maddalena G.: Wes Craven I.: Robert Englud, Heather Langenkamp, Miko Hughes, David Newsom F.: 1.85:1

Es posible que a la hora de resucitar un personaje (y, por tanto, una franquicia) a quien se le ha dado una (deliberada y confesada) definitiva muerte no sea necesario armar tanto ruido. Después de todo, Jason Voorhes tuvo su Viernes 13. Capítulo final cuando aún le quedaban seis entregas más que estrenar. Pero, aún así, más allá del orden crematístico por el que Freddy Krueger ha vuelto a perturbar nuestros sueños, La nueva pesadilla parece funcionar también como un ejercicio de auto-exorcismo por parte de los creadores de la primera entrega.

Desde el momento en que Heather Langenkamp (la actriz que interpretaba a Nancy en la primera y tercera entrega de la serie) aparece interpretándose a sí misma,
La nueva pesadilla entra en el terreno del documental, lo cual es subrayado por una cámara al hombro que intenta captar la espontaneidad de los movimientos de la actriz. La propia Langenkamp reconoció en la presentación de la película que había sido acosada en su vida "real" por un fan que se hacía pasar por Freddy. Por tanto, el traspasar esa angustiosa anécdota al mundo de la ficción es un intento de la actriz por superar esa situación y, en cierto modo, por distanciarse de su personaje en particular, y de la serie en su totalidad al subrayar el carácter de ésta como simulacro de ficción. Craven rodea la vida de la actriz de una serie de oscuros símbolos, casi premonitorios, que podrían ser la extereorización del miedo que atenaza en su interior (los terremotos, la enfermedad de su hijo, las llamadas) ¿Es posible que la obsesión que Heather tiene con Freddy sea la causa de la materialización física de éste en la realidad? A tenor de la mitología interna de la serie, la respuesta sería afirmativa.

El propio Craven justifica en una escena su decisión de rodar una nueva entrega de la saga que él mismo inauguró: en un arrebato de pedantería metafísica, Craven presenta a su creación como el receptáculo del Mal absoluto ("La muerte de la inocencia", Craven dixit), el cual sólo puede ser encerrado (y controlado) a través de la creación artística. De ahí la importancia de la escena en la cual Heather asiste a un programa de televisión en el cual, de improviso, irrumpe su amigo Robert Englund transformado en el viejo Freddy: vitoreado por sus fans, éste se mueve con alegría entre ellos, les saluda ("Choca esos cinco" le espeta a uno (!!)). Estamos, por tanto, ante la personificación más popular de Freddy, en la cual ha dejado de ser una presencia maligna para convertirse en un ídolo de masas (casi en una rock star). Esta banalización del Mal (por motivos comerciales) permite a la auténtica Maldad escapar de su encierro (¿Y quizás campar a sus anchas, provocando estragos y catastróficas desgracias en nuestro mundo? ¿De ahí los terremotos? Desde luego, eso explicaría el aluvión de catástrofes al que nos vemos asolado día sí y día también, en unos tiempos en los cuales el verdadero Mal está ausente de las pantallas comerciales).


Pero, a tenor del resultado final de
La nueva pesadilla, el tiro le ha salido por la culata al director de Scream. Vigila quien llama: a medida que Freddy se va internando en la "realidad" y, por tanto, el film empieza a mimetizar a las entregas precedentes (sobre todo la primera "Pesadilla", de la cual en ocasiones parece un remake), el film cae en los mismos lugares comunes, con un Freddy que pronto empieza a soltar chistes y cuyos movimientos nos resultan sospechosamente familiares, hasta ser vencido en el típico (y tópico) final lleno de pirotecnia y efectos especiales. Así, La nueva pesadilla resulta un film completamente fallido, pues al banalizar, una vez más, el concepto del Mal, éste, de nuevo, vuelve a quedar libre. Está claro que nunca podremos dormir con total tranquilidad.

4 comentarios:

Stranno dijo...

El "problema" del éxito. Hacer una película donde lo explicas todo -o casi todo- sin imaginar que habrá un puñado más y encontrarte con la tesitura de que tienes que hacer 6 películas más donde no tienes absolutamente nada que aportar

Aunque hay otras licencias que no tienen nada que aportar desde la primera película, eso es peor

Veremos que da de si el remake de este año, quizá con el nuevo maquillaje de algo más de "miedo"

José M. García dijo...

Ese es el mal congénito de cualquier saga. Con todo, PESADILLA no lo hizo nada mal e, incluso, el punto de partida de esta NUEVA PESADILLA es bastante original.

En cuanto al remake, teniendo en cuenta que las nuevas versiones de LA MATANZA DE TEXAS, LAS COLINAS TIENEN OJOS y ZOMBI fueron bastante notables pues algo de esperanzas hay.

Stranno dijo...

Las colinas tienen ojos estaba realmente bien, y su segunda parte tampoco me decepcionó -quitando el patriotismo americano metido a calzador con los sol...-

Por cierto, he bajado un screener de Iron Man 2 en calidad ultra-mega-super-hd-screener-720p-line-de-la-muerte y es aún más widescreener que aquel famoso vídeo del vicio variado xii. Seguro que en el próximo V.V. todavía estará por aquí xD

José M. García dijo...

No he visto la segunda entrega de LAS COLINAS TIENEN OJOS (ni la de Craven ni la de ahora).

Puff, lo de IRON MAN 2 hay que verlo. Si te bajas AVATAR en las mismas condiciones a lo mejor hasta la ves en 4 dimensiones.