martes, 21 de septiembre de 2010

Seven

(Se7en)
USA, 1995. 127m. C.
D.: David Fincher P.: Phyllis Carlyle & Arnold Kopelson G.: Andrew Kevin Walker I.: Brad Pitt, Morgan Freeman, Gwyneth Paltrow, R. Lee Ermey F.: 2.35:1

Podemos distinguir claramente dos películas en las intensas, tenebristas y turbulentas imágenes de Seven. Por un lado, tenemos la película que nos cuenta el guión escrito por Andrew Kevin Walker: una investigación policíaca filtrada a través de los tópicos de la buddie movie más prototípica: el joven e impetuoso detective Mills y el veterano y paciente teniente Somerset tendrán que dejar a un lado sus diferentes puntos de vista acerca del trabajo y la vida para poder dar caza al sádico asesino en serie que les tiene en jaque y que aporta el elemento culterano del film: dicho asesino se guía por los siete pecados capitales para cometer sus atroces crímenes. Por esta vía, Seven no tiene mucho interés tanto por los lugares comunes con los que construye su guión (especialmente en lo referente a la relación entre los detectives) como por el cúmulo de inverosimilitudes que guían la investigación de los dos protagonistas.

Ante esto, ¿deberíamos concluir que Seven es una mala película? Nada mas lejos de la verdad. Porque Seven ofrece algo más atractivo que una trama de investigación. El prólogo con el que empieza la película sirve como declaración de principios del tono del film: en él, conocemos a los dos protagonistas cuando estos se ven por primera vez en la escena de un crimen. Una escena sórdida, en la que el horror del crimen cometido ha vaciado de cualquier atisbo de humanidad al conjunto (Somerset pregunta a uno de los policías si el niño que vivía en la casa fue testigo del sangriento suceso; éste no sabe qué responderle, contrariado ante una pregunta inesperada). Un horror que contagia las escenas de Somerset en su habitación que vienen a continuación. La imagen de Somerset sentado en la cama, solo, con la mirada perdida, mientras de fondo escuchamos un batiburrillo de voces y sonidos que puede ser tanto las discusiones de los vecinos como los angustiosos gritos de las víctimas de sus casos resonando en su cabeza, carga los planos de Seven de una intensidad dramática de ecos apocalípticos.

Los escenarios por los que se mueven los personajes acaban adquiriendo una entidad propia hasta el punto de constituir esa segunda película a la que aludíamos. La fotografía oscura, de texturas industriales, con la que Darius Khondji retrata los edificios, las calles y los callejones en los que transcurre la acción de Seven nos presenta un mundo que está a punto de derrumbarse, enterrando a los insignificantes seres que han degradado su propio entorno. Un tono apocalíptico que resulta subrayado por la constante lluvia, un intento por limpiar las calles de tanta suciedad (física y moral) o quizás el preludio de un inminente nuevo diluvio universal. Es mérito de Fincher (quien ya había conseguido dotar de una atmósfera enrarecida y molesta a su irregular Alien 3) el transformar un anodino thriller "de colegas" en una carta de presentación del infierno que estamos incubando en nuestras calles. No es casualidad que el asesino adopte el nombre de John Doe (Juan Nadie) y carezca de huellas dactilares que le puedan identificar: él, como persona, realmente no existe. Es un Ángel Exterminador enviado para castigarnos. No es una causa de nuestro entorno, sino un producto de este.

Porque Seven no sólo consiste en un descenso en espiral al infierno (la secuencia en la que Mills y Somerset bajan las escaleras de un siniestro club de alterne, pasando de las grisáceas calles al rojo intenso y ensordecedor de una habitación en la que Eros y Tánatos han mantenido un friboso coito de sangrientos resultados), sino que retrata la insurrección de ese mismo infierno, agazapado, escondido en los pecados cotidianos y que fortalecido por las víctimas que el asesino le ha ofrecido puede, por fin, apoderarse de todo. Ese es el motivo por el cual la media hora final del film transcurre en un espacio antitético a lo visto hasta el momento: un entorno rural, espacioso y castigado por un sol inclemente. La suciedad, la oscuridad y la lluvia ya no son necesarias, pues el mal ya lo ha contagiado todo, especialmente a los protagonistas cuyo mayor castigo es precisamente sobrevivir a un caso que, definitivamente, les ha matado por dentro para siempre.

Durante la antológica secuencia de créditos de la película, creada por el especialista Kyle Cooper, podemos escuchar un remix de la canción "Closer", perteneciente al disco The Downward Spiral del "grupo" norteamericano Nine Inch Nails. En dicho trabajo, Trent Reznor, único miembro oficial del grupo, realizaba un descenso a sus infiernos personales en un recorrido musical lleno de ira, ruido y óxido que finalizaba con su propio suicidio. La canción que ilustra los créditos finales es "The Hearts Filthy Lesson", que forma parte de Outside, el reencuentro en los 90 de David Bowie y Brian Eno en un disco de corte electrónico e industrial que narraba la investigación por parte del detective Nathan Adler de un caso de asesinato con conexiones esotéricas y artísticas. La elección de estas dos canciones no sólo demuestra la cuidada elaboración estética del film, sino que suponen sendas pistas de la unión del infierno interior y del horror exterior que convierten a Seven en un producto tan escalofriante como revelador.


10 comentarios:

Nonchalant Debonair dijo...

Excelente análisis. Pensaba hacer el mío propio, pero a la vista de este artículo ya no me atrevo. He disfrutado leyéndolo casi tanto como cada vez que he visto la película, una de mis favoritas. Lo único que me chirría en ella es algunos momentos en los que Brad Pitt (que me parece un actor magnífico, no nos engañemos) no puede abandonar sus guiños de chico guapo. Morgan Freeman hace una vez más de sí mismo, y la actuación de Kevin Spacey es una revelación, lástima que luego la haya repetido tantas veces. Por ejemplo, más o menos alrededor del mismo tiempo, en su papel en Sospechosos Habituales.

olahf dijo...

Esta reseña me ha gustado mucho, no suelo comentar mucho en las reseñas pero esta lo merece... 4 estrellas para la peli (para mi) y 5 para la reseña

Txema SG dijo...

Me gustó mucho esta película, tiene un pulso narrativo que es la ostia, además de enganchar con una historia que aunque no es tan original como no la pintaron resultaba atractiva apra el espectador.

De todas formas para película de psico killers de la época me quedo con Copycat.

José M. García dijo...

Buff, gracias por sus elogiosas palabras, me vais a ruborizar. Es la ventaja de reseñar una película que uno ha visto muchas veces, que cuando la vuelves a ver pensando en la crítica que tienes que escribir ya tienes una idea hecha y te ayuda a atar mejor ciertos cabos. Aún así, gracias de nuevo, este tipo de elogios le da a uno fuerza para seguir en los malos momentos.

Y le animo a que escriba su reseña, Fran G., seguro que tiene un punto de vista personal muy valioso que ofrecer. Por cierto, su imagen está basada en el Bowie de "Aladdin Sane", ¿no?

Y Olahf, cuando vi "Seven" en el momento de su estreno en el cine posiblemente también le hubiera dado las 4 estrellas (recuerdo que salí del cine con el corazón encogido), pero en posteriores visionados uno se da cuenta que no todo es tan perfecto y acaba pesando mucho. Lo que no impide que estemso ante un estupendo film.

Yota, sólo he visto una vez "Copycat" y fue también en su estreno en los cines. Recuerdo que tenía un punto de partida interesante, con ese asesino imitador y la policía protagonista con agorafobia, pero la película no me gustó. Quizás tendría que darle un nuevo visionado a ver que tal le ha sentado el paso de los años.

Un saludo a todos.

Nonchalant Debonair dijo...

Aladdin Sane, efectivamente.

Lord_Pengallan dijo...

Pues yo voy a poner la nota de color. A mi esta peli me pareció una mierda. La vi en su momento en el cine y me pareció tan mala que no he repetido.

Las dos historias que comentas me parecieron muy chorras y, además, tan tópicas que me ofendieron. Pero es que a mi la pretensión de ir de cultos y el tono ominoso y oscuro para contar algo convencional siempre me ha olido mal.

José M. García dijo...

Bueno, lord_pengallan, más que nota de color lo suyo es un puñetazo iconoclasta en toda regla.

Ya he indicado en el post que el guión de "Seven" me parece flojo, pero creo que no habría que despreciar el tono apocalíptico que consigue Fincher. Puede que no sea del todo original, pero consigue crear una atmósfera muy incómoda y molesta. A mí, con todo sus fallos, el final me sigue dejando mal cuerpo.

Lord_Pengallan dijo...

Estoy de acuerdo con lo de los méritos de Fincher, pero es que me siento ofendido cuando me intentan manipular tan burdamente. De todos modos, ya digo, que lo que pasa es que no soy espectador para este tipo de pelis.

el cautivo dijo...

Usted ha explicado mejor que nadie por qué esta película ha resistido el paso del tiempo con garantías, porque es difícil saber qué nos llama la atención de Seven, cuando describes el argumento de la película, observas los evidentes trucos que llevan a la resolución, o los estereotipos de los personajes (más los prejuicios que por entonces todos teníamos contra Brad Pitt, reconozcamoslo)
Efectivamente, tiene que haber algo mas, y la ambientación de fincher es tan o más importante en el film que la trama, hasta el punto que cuajó y fue modelo para las películas de psickokiller que pulularon por entonces, más incluso que la capital El Silencio de los Corderos

José M. García dijo...

Es curioso que mencione "El silencio de los corderos" porque siempre me ha parecido un buen ejemplo de como una película con personalidad puede ser más interesante que una película sin ella aunque con más calidad.

"El silencio de los corderos" es el resultado de un buen equipo (fotografía, música, guión, actores)eficazmente dirigido por un aplicado director de orquesta (el director). Mientras que el núcleo de "Seven" es la mirada de su director quien es quien construye todo un mundo a través de sus imágenes.

Globalmente, "El silencio de los corderos" es más redonda, pero "Seven", con sus imperfecciones, es más estimulante.