sábado, 25 de septiembre de 2010

Me casé con un extraño

(I Married a Strange Person!)
USA, 1997. 75m. C.
D.: Bill Plympton P.: Bill Plympton G.: Bill Plympton & P.C. Vey I.: Charis Michelsen, Tom Larson, Richard Spore, Chris Cooke F.: 1.66:1

Un pájaro macho que surca el cielo junto a sus semejantes atisba a un ave hembra que se le insinúa de manera tímida. Inmediatamente, éste se lanza en picado y pegándose a ella empiezan a copular frenéticamente. La energía y la pasión que surge de esa unión se manifiesta en una serie de mutaciones que sufren ambos en su físico: con la lengua fuera, el macho la cercena al cerrar el pico para que, automáticamente, le surja una nueva que, inevitablemente, volverá a ser cortada en un bucle sin fin de mutilación y renacimiento; los ojos de la hembra se pasan de convertirse en un remedo del clásico videojuego Pong a un par de cañones que se disparan mútuamente. Durante la escena se intercalan sendas citas de Picasso y de Hermann Göring alabando el poder de lo políticamente incorrecto por encima de la considerada alta cultura. Esta escena, como corto independiente, podría servir de condensación de los postulados artísticos y éticos de Bill Plympton, auténtico Juan Palomo norteamericano de la animación alternativa quien se encarga de dibujar y animar personalmente todos y cada uno de los dibujos que forman sus trabajos, cuya obra se centra tanto en el aspecto más lúdico de los instintos primarios del ser humano como de las capacidades transformistas del cuerpo.

Pero la escena que hemos descrito no es un cortometraje, sino que supone el comienzo de Me casé con un extraño y, en este contexto, supone sólo la avanzadilla del catálogo inabarcable de animación ilimitada (en su espíritu que no es sus modos) que lo forma. El protagonista de la película, el apuesto e imponente Grant, quien se acaba de casar con la no menos impresionante Keri, tras recibir una descarga eléctrica proveniente de una antena parabólica consigue la habilidad de hacer realidad cualquier idea o imagen que imagine. De esta manera, Plympton convierte Me casé con un extraño en un catálogo de la capacidad del cine de animación más radical (esto es, más puro) para manejar, estrujar, estirar o modelar a su antojo una realidad que apenas puede mantener su estabilidad a través de las temblorosas líneas del trazo del dibujante.

Posiblemente, la escena que mejor define el desaforado surrealismo de la propuesta de Plympton sea aquella en la que por fin Keri consigue tener sexo con su marido. Éste, incapaz de controlar la lubricidad de su imaginación, empieza a transformar el cuerpo de Keri en un catálogo de posibilidades alternativas eróticas que llegan a rozar lo aberrante. Pero la cosa no queda ahí, pues los objetos inanimados que les rodean (el cabezal de la cama, la bombilla, sus zapatos, los enchufes, los peines, la pastilla de jabón) adquieren inusitada vida para dar rienda suelta a su libido. Me casé con un extraño es un trepidante tour de force compuesto por una serie de set pieces, de sketches casi independientes (incluso Plympton inserta imágenes de su cortometraje How to Make Love to a Woman, de 1995), que si bien le pasan factura al ritmo del film, a cambio nos ofrece un buen puñados de escenas inolvidables: una planta persiguiendo a un vecino subida en su cortacésped; la comida con los agrios suegros, con el padre convertido en una orquesta humana; dos tanque apareándose y engendrando "tanquecitos" o un cómico que se desmiembra a sí mismo para disfrute de su público.

Ya desde su título original, Me casé con un extraño supone un homenaje al cine de ciencia ficción de Serie B de los años 50 (el punto de partida está inspirado en el clásico I Married a Monster From Outer Space) suponiendo en su conjunto un acercamiento al cine de género más excesivo y divertido (el propio Plympton ha reconocido su deuda con la odisea gore de Peter Jackson Braindead. Tu madre se ha comido a mi perro). Auténtico catálogo de slapstick en su vertiente más ultra-gore, Me casé con un extraño parece querer combinar la inmeditez física del cartoon clásico con la explicitud visceral del anime más violento dando como resultado una apología de la finalidad hilarante, divertida y descerebrada del sexo y la violencia, temas rectores del arte que, en ocasiones, son tomados excesivamente en serio.

3 comentarios:

Txema SG dijo...

juasjuas, No conocía para nada esta película, desde este momento me autoimpongo la misión de visionarla.

Gracias!

Tiene que ser curiosa como poco.

José M. García dijo...

Como suele pasar con este tipo de films, "Me casé con un extraño" tuvo un estreno tardío en nuestro país (en el 2001) y de manera muy limitada. Lo más curioso es que su salida en DVD, sacada por Filmax en una supuesta "Colección Bill Plympton", también lo fue. Yo, al menos, nunca he encontrado una copia.

Si te interesa Yota también te recomiendo sus cortos. Dos de ellos, "Your Face" de 1987 y "Guard Dog" de 2004, fueron nominados al Oscar.

Jorge Ramiro dijo...

Me interesa tener la posibilidad de ver diversas películas y de esta manera me gusta tener la chance de ver generos diversos. Muchas veo con mi samsung smart tv y tantas otras las veo en pantalla gigante del cine