1. Imaginemos por un momento que, para horror de muchos, el cine de Michael Bay tuviera un factor profético y que, en un futuro cercano, un gigantesco asteroide amenazara con estrellarte en el planeta tierra. Seguramente, a la hora de realizar una lista con los representantes de las profesiones más esenciales, el crítico de cine estaría relegado a la última posición de esa tabla. Es más, en caso de quedar un hueco libre, es muy probable que debiera esconder su medio de trabajo a riesgo de ser echado a patadas.
Sin duda, es un ejemplo harto exagerado, pero que sirve para exponer el grado de disconformidad que, en general, el público tiene con el mundo de la crítica. Recientemente, en un popular foro español, me encontré con un hilo en el que se preguntaba acerca de la necesidad de la existencia de los críticos cinematográficos. Las primeras respuestas no podían ser más reveladoras: la crítica no sólo carece de cualquier interés, sino que, incluso, sus integrantes son demonizados poniendoles a la altura de seres parasitarios que se aprovechan de un medio (el cine) de fuerte calado popular.
¿De donde viene este desprestigio? ¿Por qué la figura del crítico de cine causa tanta desazón, llegando al pitorreo? De manera inevitablemente reduccionista, podríamos delimitar dos puntos clave:
- por un lado, hoy en día se sigue proyectando una imagen del crítico de cine altamente negativa: una persona iracunda y envejecida que, en realidad, odia el cine, atacando sistemáticamente cualquier muestra de cine comercial para aplaudir, por contraste, un cine exótico, alternativo y pedante que, en realidad, odia. Por si fuera poco, hace gala de una escritura rebuscada y altisonante con la que lucir su supuesta superioridad cultural.
Esta percepción sólo puede provenir de quienes no siguen la actualidad de la prensa cinematográfica, puesto que los necesarios relevos generacionales que se han producido en el mundo de la crítica en los últimos años (incluso décadas) ha dado paso a nuevas firmas que, en consonancia con el tipo de cine con el que han crecido, se muestran más cercanas que nunca a los gustos más populares, pudiendo encontrarnos con defensas del cine de Van Damme o de las comedias de Jim Carrey desde las páginas de revistas especializadas.
- el desarrollo y expansión de Internet posiblemente haya convertido al medio digital en la fórmula para permitir al ser humano el hacer realidad su deseo más básico: la búsqueda de la trascendencia a través de la manifestación de su subjetividad, de su mirada idiosincrática e intransferible del mundo, de la vida. A través de diferentes plataformas -webs, foros, chats, blogs-, el usuario puede plasmar su propia opinión acerca de las películas que ve, con mayor o menos extensión, y ésta puede ser utilizada por el resto de internautas como consejo sobre lo que merece la pena ver o no. Atendiendo a esto, ¿qué diferencia al crítico profesional de un espectador que da su opinión?
2. Y aquí es donde debemos plantear la gran pregunta: ¿cual es la función del crítico? O, dicho de otra manera, ¿en qué reside la importancia, o, si se prefiere, la relevancia del crítico de cine? Desde un punto de vista metafórico, me gusta definir al crítico de cine como la linterna que sirve para iluminar un camino oscuro. Dicho esto, es importante el dejar claro que la función del crítico no es el decir si una película le ha gustado o no, al menos, no esencialmente. Imaginemos que a un crítico no le ha gustado una película y, a raíz de eso, centra su texto en lo mucho que le ha disgustado. El resultado será un escrito sólo interesante para aquellos que coincidan con la opinión expuesta y del todo inútil para los que no.
El crítico de cine debe funcionar como un medio descodificador que a través de un minucioso análisis de las películas, presente al lector las herramientas necesarias para aprehenderlas. Haciendo uso tanto de su experiencia (de su bagaje como espectador) y de su conocimiento (a través del estudio de la historia del cine), el crítico ha de desarrollar su función de servicio público a través de la visualización atenta y activa de las películas de cara a localizar, para después exponer en sus escritos, los puntos clave de la producción visionada.
Sin duda, la subjetividad es un factor clave a la hora de afianzar la personalidad del crítico de cine, pero entendiendo dicha subjetividad no como el reflejo de su gusto personal, sino al particular punto de vista por el que puede filtrar las películas que ve (y no sólo cinematográficamente, sino fruto de sus vivencias existenciales, ya sean culturales -sus conocimientos del resto de las artes: literatura, música, pintura, etc.-o personales/biográficas -las cuales moldean la realidad que percibe-), aportando a sus críticas una particularidad que le distinga del resto de sus compañeros a la vez que subraya su estilo propio: en suma, ofreciendo una voz propia.
Estilo. Posiblemente esta sea la palabra esencial a la hora de distinguir a un crítico profesional de uno que no lo es (incluso entre los que sí cobran por "dar su sopinión") e, incluso me atrevería a decir, entre uno bueno y uno malo. Porque, tan importante es en un texto el contenido como el continente. El crítico no sólo ha de esforzarse en transmitir un mensaje interesante, sino que la manera en la que se presenta sea igualmente atractiva: la estructura del escrito, el cuidado en el ritmo, el mimo por la musicalidad de las palabras, el equilibrio en la construcción de las frases. En suma, que cada crítica sirva para reivindicar el lugar al que, en realidad, pertenece y que todos los que escribimos de cine (de manera amateur o profesional) deberíamos esforzarnos en demostrar: que la crítica cinematográfica es uno más de los géneros literarios, como las novelas, el ensayo, las fábulas o la obras teatrales.
Sin duda, es un ejemplo harto exagerado, pero que sirve para exponer el grado de disconformidad que, en general, el público tiene con el mundo de la crítica. Recientemente, en un popular foro español, me encontré con un hilo en el que se preguntaba acerca de la necesidad de la existencia de los críticos cinematográficos. Las primeras respuestas no podían ser más reveladoras: la crítica no sólo carece de cualquier interés, sino que, incluso, sus integrantes son demonizados poniendoles a la altura de seres parasitarios que se aprovechan de un medio (el cine) de fuerte calado popular.
¿De donde viene este desprestigio? ¿Por qué la figura del crítico de cine causa tanta desazón, llegando al pitorreo? De manera inevitablemente reduccionista, podríamos delimitar dos puntos clave:
- por un lado, hoy en día se sigue proyectando una imagen del crítico de cine altamente negativa: una persona iracunda y envejecida que, en realidad, odia el cine, atacando sistemáticamente cualquier muestra de cine comercial para aplaudir, por contraste, un cine exótico, alternativo y pedante que, en realidad, odia. Por si fuera poco, hace gala de una escritura rebuscada y altisonante con la que lucir su supuesta superioridad cultural.
Esta percepción sólo puede provenir de quienes no siguen la actualidad de la prensa cinematográfica, puesto que los necesarios relevos generacionales que se han producido en el mundo de la crítica en los últimos años (incluso décadas) ha dado paso a nuevas firmas que, en consonancia con el tipo de cine con el que han crecido, se muestran más cercanas que nunca a los gustos más populares, pudiendo encontrarnos con defensas del cine de Van Damme o de las comedias de Jim Carrey desde las páginas de revistas especializadas.
- el desarrollo y expansión de Internet posiblemente haya convertido al medio digital en la fórmula para permitir al ser humano el hacer realidad su deseo más básico: la búsqueda de la trascendencia a través de la manifestación de su subjetividad, de su mirada idiosincrática e intransferible del mundo, de la vida. A través de diferentes plataformas -webs, foros, chats, blogs-, el usuario puede plasmar su propia opinión acerca de las películas que ve, con mayor o menos extensión, y ésta puede ser utilizada por el resto de internautas como consejo sobre lo que merece la pena ver o no. Atendiendo a esto, ¿qué diferencia al crítico profesional de un espectador que da su opinión?
2. Y aquí es donde debemos plantear la gran pregunta: ¿cual es la función del crítico? O, dicho de otra manera, ¿en qué reside la importancia, o, si se prefiere, la relevancia del crítico de cine? Desde un punto de vista metafórico, me gusta definir al crítico de cine como la linterna que sirve para iluminar un camino oscuro. Dicho esto, es importante el dejar claro que la función del crítico no es el decir si una película le ha gustado o no, al menos, no esencialmente. Imaginemos que a un crítico no le ha gustado una película y, a raíz de eso, centra su texto en lo mucho que le ha disgustado. El resultado será un escrito sólo interesante para aquellos que coincidan con la opinión expuesta y del todo inútil para los que no.
El crítico de cine debe funcionar como un medio descodificador que a través de un minucioso análisis de las películas, presente al lector las herramientas necesarias para aprehenderlas. Haciendo uso tanto de su experiencia (de su bagaje como espectador) y de su conocimiento (a través del estudio de la historia del cine), el crítico ha de desarrollar su función de servicio público a través de la visualización atenta y activa de las películas de cara a localizar, para después exponer en sus escritos, los puntos clave de la producción visionada.
Sin duda, la subjetividad es un factor clave a la hora de afianzar la personalidad del crítico de cine, pero entendiendo dicha subjetividad no como el reflejo de su gusto personal, sino al particular punto de vista por el que puede filtrar las películas que ve (y no sólo cinematográficamente, sino fruto de sus vivencias existenciales, ya sean culturales -sus conocimientos del resto de las artes: literatura, música, pintura, etc.-o personales/biográficas -las cuales moldean la realidad que percibe-), aportando a sus críticas una particularidad que le distinga del resto de sus compañeros a la vez que subraya su estilo propio: en suma, ofreciendo una voz propia.
Estilo. Posiblemente esta sea la palabra esencial a la hora de distinguir a un crítico profesional de uno que no lo es (incluso entre los que sí cobran por "dar su sopinión") e, incluso me atrevería a decir, entre uno bueno y uno malo. Porque, tan importante es en un texto el contenido como el continente. El crítico no sólo ha de esforzarse en transmitir un mensaje interesante, sino que la manera en la que se presenta sea igualmente atractiva: la estructura del escrito, el cuidado en el ritmo, el mimo por la musicalidad de las palabras, el equilibrio en la construcción de las frases. En suma, que cada crítica sirva para reivindicar el lugar al que, en realidad, pertenece y que todos los que escribimos de cine (de manera amateur o profesional) deberíamos esforzarnos en demostrar: que la crítica cinematográfica es uno más de los géneros literarios, como las novelas, el ensayo, las fábulas o la obras teatrales.
3 comentarios:
Si, la labor crítica siempre ha estado muy mal vista y asociada a toda una serie de tópicos no demasiado ajustados a la realidad, creo que además de por todo lo que mencionas, la labor critica debería ser más respetada ya que bajo mi punto de vista, cualquier arte que se precie de serlo ha tiene detrás un corpus teórico que permite que ese arte crezca y llegue más lejos, y pienso que esa ha de ser, entre otras, la labor del critico en este caso del cine, aunque también lo veo aplicable a otras disciplinas como el cómic.
Bajo mi punto de vista los críticos de todos los ámbitos (música, cine, literatura o videojuegos) están mal vistos por apuntarse al carro de las corrientes de pensamiento más populares
Por ejemplo, decir que algo es una mierda -más finamente que la mayoría- porque haya una mayoría de gente que diga que algo es una mierda, o no sacar defectos a películas de culto o no conceder crédito a directores malditos o poner a parir los blockbuster porque es lo que toca
En los videojuegos es igual, jamás se verá una crítica buena sobre un videojuego ante el que haya un prejuicio general o una crítica mala ante un clásico. Es ver un 10 en alguna página de análisis y comienzas a plantearte para qué pagan al tipo que lo ha jugado y ha escrito sobre él
Pero tú tampoco estás muy tolerante eh?, que tienes ahí a Blogdecine en la picota, jajaja
Cómo ves un Vicio Variado para pronto. Tengo cantidades ingentes de picoteo y cocacola que están por caducar o habrán caducado -pero obviamente no os lo diré-
Fer: la importancia de la crítica en la historia del cine es tangencial. Recordemos que conceptos esenciales como la puesta en escena o el cine de autor fueron desarrollado por los críticos del Cahiers du Cinema de los 50, muchos de los cuales formaron uno de los movimientos más importantes de su historia: la nouvelle vague
Stranno: por supuesto, en este mundillo hay críticos bueno y críticos malos, como en todo. Y yo he visto/leído de todo: desde hundir a la película más prestigiosa a reivindicar al título más atacado. Lo importante es, como indico, lo que pueda aportar en su texto y así es como podremos valorar si tiene algo que aportar o es simple pose.
No sé si podemos hablar de una "crítica" del mundo de los vídeo-juegos, sobre todo por la falta de un corpus teórico y un predominante amateurismo. Y me temo que sí que está marcado por todo tipo de influencias comerciales/populares/industriales.
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