martes, 13 de diciembre de 2011

Hard Boiled, de Frank Miller y Geof Darrow

Hace unas semanas, el portal de Internet especializado en comics Zona Negativa organizó un concurso en colaboración con Norma Editorial. Las bases, muy sencillas: enviar una reseña de cualquier cómic publicado por la ya veterana editorial. Los premios, de lo más suculentos: las recientemente publicadas ediciones Absolute de Ex Machina, Planetary y The Authority, repartidos como primer, segundo y tercer premio respectivamente. A pesar de mis reticencias iniciales, pues siempre me he centrado en el cine, y animado por el amigo Fer, al final me animé a participar y escribí una reseña del Hard Boiled, escrito por el últimamente muy polémico (y no por su obra precisamente) Frank Miller y dibujado por Geof Darrow. Pues resulta que conseguí ganar el tercer premio y llevarme el The Absolute Authority, que no tenía. Así que, como curiosidad, reproduzco aquí dicha reseña.

Hard Boiled

USA, 1990-1992. Publicado originalmente por Dark Horse Editorial
Guión: Frank Miller Lápiz y tinta: Geof Darrow Color: Claude Legris Rotulación: John Workman Editor: Randy Stradley

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Cuando en 1999 se estrenó Matrix, el crítico de cine Jordi Costa emparentó el revolucionario título de los hermanos Wachowski con Hard Boiled, la miniserie que Frank Miller, al guión, y Geof Darrow, a los lápices y tintas, realizaron para Dark Horse Comics a principios de esa misma década. La participación del dibujante norteamericano como diseñador conceptual en la película protagonizada por Keanu Reeves parecía justificar, y oficializar, dicha comparación. Pero el nexo de unión entre ambas obras no se limitaba a los barrocos diseños de Darrow.

La famosa escena del rescate de Morfeo, en la cual Neo y Trinity se enfrentaban a todo un ejército en el hall de un lujoso edificio parecía el intento de los directores de Speed Racer por dar vida a las arrolladoras viñetas de Hard Boiled. Las imágenes al ralentí que mostraban el encuadre lleno de casquillos, balas y trozos de piedras y azulejos flotando por el aire emulaba al desenfrenado y paroxístico horror vacui del que hace gala el arte de Geof Darrow.

Hard Boiled, por encima de su trama de ciencia-ficción y de acción extrema, supone un embelesador, hipnótico, estudio acerca de la belleza inherente a la destrucción apocalíptica. En las últimas páginas de la segunda entrega un vehículo es lanzado por los aires tras ser golpeado por el cuerpo del protagonista, estrellándose contra la fachada de un supermercado. Darrow diseña una página compuesta por tres viñetas rectangulares en las que se nos muestra el antes y el después del paso del vehículo incendiado, arrasando con las estanterías, los productos y los compradores. Darrow nos obliga a enfrentarnos al ambiente familiar y cotidiano del antes con el amasijo de hierro, carne y huesos del después, desafiándonos a admitir cual es más hermoso.

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El término hard boiled proviene de un subgénero concreto de la literatura negra aparecida a finales de los años 20 y que se caracterizaba por acentuar los componentes realistas y violentos de las historias que se narraban. Los detectives protagonistas de dichas historias no dependían sólo de su capacidad analítica o de deducción, sino que tenían que sacarle partido a sus puños y resistencia física para poder sobrevivir en un mundo oscuro, sórdido y amoral. El que Nixon, el recaudador de impuestos que protagoniza Hard Boiled, vista una gabardina le convierte en un heredero de la imagen prototípica del detective privado y, al igual que estos, se ve involucrado en una trama que no entiende y que le acaba superando.

La utilización de Frank Miller de dicho referente literario le sirve al guionista de Born Again para realizar un explosivo acercamiento a la ciencia-ficción en su vertiente cyberpunk, género inaugurado oficialmente por dos obras, una literaria y otra cinematográfica, que utilizaban el escenario y los estilemas de la literatura noir para catapultarlos al futuro: Neuromante, escrita por William Gibson, y Blade Runner, dirigida por Ridley Scott. Recordemos que ésta última se basaba en la psicodélica novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, escrita por Philip K. Dick. Mucho de Dick podemos encontrar en las páginas de Hard Boiled: seres humanos que se descubren seres artificiales; implantes de memoria; asesinos programados por grandes multinacionales; los injertos de recuerdos de personas muertas en el cerebro de Nixon nos recuerda a la aventura a medio camino entre la vida y la muerte de la extraordinaria Ubik.

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A primera vista, Hard Boiled puede ser visto como un divertimento por parte de sus dos autores que sirva de escaparate para el impresionante talento de Geof Darrow pero, como hemos visto, en su base encontramos dos de las influencias más reconocidas de Miller: la literatura negra y la narrativa cinematográfica. La fecha de salida tampoco es una casualidad: el primer número salió en septiembre de 1990, el mismo año de la publicación de Give Me Liberty, miniserie dibujada por Dave Gibbons. Puede pensarse que poca relación hay entre los dos guiones de Miller, más allá de su adscripción a la ciencia-ficción, presentándose la sátira política protagonizada por Martha Washington como una obra más reflexiva en contraposición con la visceralidad de las brutales desventuras de Nixon.

Pero el escenario en el que transcurren los hechos narrados en Hard Boiled no se aleja de la asfixiante sociedad totalitarista de Give Me Liberty. Antes al contrario, la inmersión de Darrow en las aguas de la nueva carne, del gore más descarnado y de un ambiente erótico enrarecido, pegajoso y omnipresente (la gente andando desnuda por las calles; la orgía que se desarrolla en la jaula de una discoteca; la explotación de los genitales de las mascotas del protagonista) nos refleja un universo formado por interminables autopistas, gigantescos bloques de hormigón y repleto de marcas por todos lados cuyo objetivo parece ser enterrar cualquier atisbo cárnico, o, si es necesario, desgarrarlo, evidenciando su vulnerabilidad. Los constantes enfrentamientos de Nixon y su obsesión por destruir su cuerpo le convierten en un agente peligroso por su capacidad por subrayar su fisicidad en un mundo fuertemente tecnificado.

Un primer plano del rostro de Nixon, quien ha perdido toda la piel y revelado su auténtica naturaleza, llenando una (de las muchas) splash page, con un bocadillo que dice: “Tú no tienes casa, Nixon” resulta revelador: Hard Boiled supone el más electrizante, sangriento y atronador discurso político de Frank Miller.


6 comentarios:

Octavio B. (señor punch) dijo...

pues enhoarabuena, y te has llevado un grandísimo tebeo, por cierto (aunque el formato absolute creo que me mataría y no lo leería nunca... demasiado grande, demasiado gordo)

Respecto a Hardboiled, es uno de los tebos más interesantes de Miller, no solo por sus características intrínsecas o por sus hermanamientos con otras ficciones ajenas al cómic, sino como punto de inflexión estilístico en la carrera de Miller, que aquí comienza a despojarse de los efectos y estilizaciones formales para, con una narración aparentemente sencilla (que no lo es, ni de coña, pero lo aparenta) ahondar en sus estilemas autorales y depurar su discurso.

José M. García dijo...

Pues cuando se publicó el texto en Zona Negativa (sin la numeración, lo cual desvirtuó un poco el conjunto) me sorprendió ver como en los comentarios la gente no se mostraba precisamente entusiasta con este título, considerándolo la mayoría un libro de ilustraciones de Darrow sin ningún contenido.

Está claro que el arte de Darrow es la parte del león, pero creo que resulta muy interesante contemplar como un guionista con personalidad como Miller puede adaptarse al estilo de su dibujante para sacar lo mejor de los dos. Y, efectivamente como comentas, el resultado final es muy Miller.

La edición Absolute de The Authority es una bestialidad con sus 700 gigantescas páginas. Le obliga a uno a cambiar sus hábitos de lecturas para no perder las muñecas, el cuello o la espalda, o todo a la vez. Pero también el dibujo de Bryan Hitch resulta tremendamente espectacular en este formato y se agradece el tamaño de la rotulación.

Por cierto, a pesar de la fama y la importancia de esta colección, no sabía nada de ella y nunca me llamó mucho, así que ahora la podré descubrir desde cero.

Un saludo.

Octavio B. (señor punch) dijo...

no puedo decir nada, que no miré el asunto, pero si los lectores son "cásicos" lectores de Sh, seguidores del Miller más clásico también, es lógica la actitud. Lógica en lectores piedrapapelytijera que no admiten cambios que no pasen por un formalismo cada vez má barroco aparentemente adulto, entonces, como tanta imitación del modelo Miller/More) o lo meramente argumental, quiero decir... Pero todo esto es especulación, lo repito. En todo caso entiendo que a alguien que le encantó el Miller de Daredevil y después su crecimiento en la dirección de Ronin y Dark Knight se le atragante algo tan elíptico como Hardbolied (no hablo de Darrow, claro, que es otro hayazgo pero sin Miller sería un vacío, lo interesante es cómo Miller usa ese "horror vacui" andante para crear una tensión con su propio guión y con el ritmo endiablado que imprime al tebeo)

respecto a The Authority, es una reflexión desde la autoconsciencia, y es en ello donde más me interesa: Ellis pone a unos semidioses (los superhéroes) a "gobernar" el mundo, y los enfrenta cada vez a "más": a un totalitarista, a una invasión alien... ¡a Dios!.
¿Reflexión? Je, como en los buenos tebeos de Sh anteriores a la estilización de los ochenta, The Authority es el elogio del discurso de la acción y la violencia o dicho de otro modo ¿qué reflexión ni dobles lecturas? hostias como panes, punto ;D (inciso, es curioso que con una reseña de un Miller cada vez más simbólico y abstracto te regalen una obra que recupera la sencillez del género).
la 2ª parte, de Millar y Quitely, es más real politik y más cafre, más divertida, menos autoconsciente (bueno, hay un puntazo que no te revelo...) y para mí, por eso mismo, un puntito por debajo. Eso es un lugar muy alto, conste...

Txema SG dijo...

Pues que le den a la gente. De todas formas sin generalizar al 100 %, este tipo de comics es como el cine de acción. A nadie le gusta, todo el mundo dice que desvirtua el medio... pero todo el mundo paga su entrada.

Hay mucha hipocresia. Claro que Hard Boiled es un tebeo genial hombre.

José M. García dijo...

Octavio B.: pero Miller siempre, como se suele decir, ha ido a su bola. Para mí "Ronin" es una de sus mejores obras -me fascina esa simbiosis entre el manga y la bande desinée, a medio camino entre "Akira", "Lone Wolf and Cub" y Moebius- y es una obra muy personal que se aleja del, digamos, tono superheróico que podría esperarse. Inclusos sus incursiones en el género siempre han sido muy sui generis como en "Elektra Asesina" o su propio "Daredevil" convertido en un relato noir.

Yota: Yo creo que el gran parte del "problema" de "Hard Boiled" es que el trabajo de Geof Darrow es tan impresionante que es fácil caer hipnotizado por su obsesión por el detalle y pensar que no hay nada más. Es un caso en que los árboles pueden ocultar el bosque.

Un saludo.

Octavio B. (señor punch) dijo...

pero date cuenta, Int de que hay analizado los "retos intelectuales" del Milller argumentista. Sí, desde luego que siempre ha ido a su bola, pero en cualidades narrativas hasta la inflexión que fue Hardboiled la 'forma' de Miller era muy elaborada. Si quitamos su primer Daredevil (por muy genial que fuese es un trabajo de aprendizaje) tanto en Born Again como en Ronin como en (por supuesto) DK y ya no hablemos de Elektra Assasin o Año uno... la forma es sofisticada, los diálogos son relativamente veristas, la voz narrativa plural, las narraciones en montaje paralelo, el cuidado diseño de página... Si ahora miramos Hardboiled (o incluso Elektra lives Again, del mismo año)todas las cuestiones formales se sintetizan (más que "simplifican") Y en hard o en Sin City al año siguiente hasta la paginación resulta "esquemática" (compararla con Dark Knight).
PERO el tema es que Miller ya está en otras búsquedas, hacia modos mucho más simbólicos (no digo que en Ronin, por ej. , no haya símbolo, pero comparado con Hardboiled, es superficial y evidente). Sigue siendo un narrador brutal pero "pasa" del artificio.
Y digo "pasa", no "se olvida" o "ya no sabe", porque cuando le ha interesado recuperar su página más estilizada (300 DK2) ha vuelto a dar la campanada y demostrar que estápor delante de casi todos.
Ah, a ver qué tal resulta Holy Terror... leída mucha crítica reciente, sí, da terror...
Por eso creo yo que desde el fandom si lo critican es porque se quedan n lo superficial: la forma externa se ha aligerado ¡tío, compara "esto" con dark Knight!!" Pero hacerlo sin entender qué pretende Miller en DK y qué en hardboilled no vale de nada.