viernes, 26 de agosto de 2011

La misión

(The Mission)
UK, 1986. 125m. C.
D.: Roland Joffé P.: Fernando Ghia & David Puttnam G.: Robert Bolt I.: Robert De Niro, Jeremy Irons, Ray McAnally, Aidan Quinn

La misión comienza mostrándonos como un grupo de indígenas ha atado a un sacerdote inglés a una cruz de madera, soltándolo en el río. Arrastrado por la corriente, acabará cayendo por una gigantesca catarata, perdiéndose la figura en el torrente de agua. Posiblemente sea la imagen más poderosa de toda la película, además de servir como introducción y resumen del conflicto que se desarrollará durante el resto del metraje: la confrontación entre civilización y vida salvaje; la religión oficial del viejo continente contra la inocencia telúrica de unas tierras vírgenes.

La jungla sudamericana del siglo XVIII supone la representación del Edén en la tierra. Un territorio que, sin estar aún contaminado por la mano del hombre moderno, mantiene su pureza (sólo hay que comparar el intenso verdor de la vegetación y las cristalinas aguas de sus ríos con las polvorientas calles de las ciudades) y cuyos habitantes hacen gala de una sensibilidad casi mística a la hora de valorar la belleza y la armonía. El padre Gabriel consigue integrarse entre la tribu gracias a la melodía que toca con su oboe, un instrumento que los indígenas desconocen totalmente pero que llegarán a admirar por ser la herramienta con la que surgen tan preciosas melodías.

El lugar ideal en el que un hombre poseído por sus demonios internos, que ha cometido uno de los actos más horrorosos que un ser humano puede cometer empujado por unos instintos corrompidos, como es el mercenario Rodrigo Mendoza, puede encontrar el camino a la redención. Un camino que se transitará a través de una penitencia física que sirva para limpiar el espíritu. Junto al padre Gabriel y el resto de jesuitas, Mendoza recorrerá el camino hasta la tribu de los indios guaraníes arrastrando un saco lleno de sus utensilios de guerra (su sable, su armadura) atado a su cuerpo. Tras no pocos peligros en los que ha estado a punto de perder su vida (la escalada de la montaña), cuando lleguen a su destino, el saco será abandonado en el río, hundiéndose en las aguas, como si los demonios de Mendoza hayan sido exorcizados y encerrados en esas herramientas de muerte, siendo enterradas en el corazón de la Naturaleza.

Proyecto puesto en marcha por la productora Goldcrest para intentar recuperarse del estrepitoso fracaso comercial de Revolución, La misión informa al espectador tanto de las intenciones como del espíritu que la mueven desde su mismo inicio: un letrero nos informa de que los acontecimientos narrados están basados en hechos históricos auténticos. La misión supone, así, un evidente artefacto minuciosamente diseñado tanto para encandilar a los críticos y arrasar en los festivales con su estilo trascendente y ritmo complaciente (la película fue galardonada por la Palma de Oro del Festival de Cannes y nominada a siete premios Oscar, mejor película incluída) a la vez que convertirse en la película-fenómeno del año que hay que ver (por su mensaje espiritual y brillantes valores de producción).

De indudable virtuosismo técnico, resulta inevitable el encontrarse con imágenes de gran poder evocador (especialmente los planos generales del paisaje) apoyadas por la arrebatadora banda sonora compuesta por Ennio Morricone, pero incluso en sus momentos más teóricamente fuertes -el enfrentamiento entre los guaraníes y los ejércitos colonizadores de España y Portugal o la imagen del padre Gabriel portando un crucifijo dorado seguido de los miembros más jóvenes de la aldea, mientras los edificios arden detrás de ellos y las balas vuelan a su alrededor- La misión hace uso de una planificación excesivamente pulcra y académica de resultados narcóticos para el espectador. Las intensas pasiones y profundos ideales que mueven a los protagonistas quedan encerrados y ahogados en los rectangulares bordes de unos encuadres demasiado educados.


2 comentarios:

Txema SG dijo...

Tengo que revisionar la película. La vi hace más de veinte años en el video comunitario XD

Solo recuerdo la genial banda sonora y una escena en la que se ponen a toser porque se pasaron con la sal en el guisado... algo que le solía pasar mucho a mi madre también XD

José M. García dijo...

Resulta muy significativo de los que ofrece el film los recuerdos que tienes: la extraordinario trabajo de Morricone (que resulta difícil de creer que no ganara el Oscar) y una escena humorística irrelevante. Efectivamente, poco más hay en "La misión".