lunes, 4 de octubre de 2010

Los 4 Fantásticos y Silver Surfer

(Fantastic Four: Rise of the Silver Surfer)
USA/Alemania/UK/Canadá, 2007. 92m. C.
D.: Tim Story P.: Avi Arad, Bernd Eichinger & Ralph Winter G.: Don Payne & Mark Frost, basado en una idea de John Turman & Mark Frost, basado en el cómic de Stan Lee & Jack Kirby I.: Ioan Gruffudd, Jessica Alba, Chris Evans, Michael Chiklis F.: 2.35:1

Una de las características más llamativas del reciente cine de acción basado en los comics de súper-héroes radica en el hecho de que, en un número importante de títulos, las secuelas suelen ser mejores que los films originales, como si los directores encargados de ambos films hubieran tanteado el terreno en la primera película para lanzarse al vacío sin miedo en la segunda. Los ejemplos son conocidos por todos: Spider-Man, X-Men o Batman (en este caso, además, por partida doble, pues tanto Batman vuelve como El Caballero Oscuro superaban a sus más inmediatas predecesoras). En el caso que nos ocupa, sucede lo mismo, pero desde un punto de vista, digamos, alternativo. Es decir, la continuación de Los 4 Fantásticos resulta superior a dicho film, pero no a nivel cualitativo, sino porque consigue corregir y aumentar el grado de indignación en los lectores del cómic original. Así, si la primera entrega lograba despertar las airadas reacciones de los fans, Los 4 Fantásticos y Silver Surfer supone directamente escupirles en la cara.

Ahí es nada, partir de uno de los momentos más gloriosos de Los 4 Fantásticos en particular y de las páginas del cómic de súper-héroes en general: la conocida como Trilogía de Galactus, comprendida en los nº 48, 49 y 50, publicados en 1966, involucabra a sus cuatro fabulosos protagonistas, recién salidos, además, de su primer encuentro con los inhumanos, en menos de 60 páginas en toda una odisea de proporciones cósmicas y elementos religiosos: Galactus, un Dios devorador de mundos, llegaba a la tierra para saciar su colosal hambre, enfrentándose a una humanidad insignificante que a sus ojos no era más importante que una colonia de hormigas. Acompañado de Estela Plateada, ser que reflejaba en su adusto rostro y lisa figura la amoralidad de una criatura acostumbrada a viajar a través de las galaxias y los mundos, y que acababa sacrificándose como Mesias de la humanidad, enfrentándose a su Señor y siendo condenado a un exilio terrenal que compensaba con su despertar emocional. De esta manera, Stan Lee y Jack Kirby componían una aventura interestelar compuesta en su integridad por una concatenación de momentos cumbres: las intervenciones del Vigilante y sus metafísicos diálogos con Galactus; el encuentro entre Estela Plateada y Alicia, la novia ciega de Ben; y, sobre todo, el viaje más allá del velo del tiempo y el espacio de la Antorcha Humana en busca de lo único que puede salvar a sus amigos y a toda la humanidad.

Atractivo, ¿verdad? Pues olvídense de todo lo dicho en el párrafo anterior (o, mejor, acérquense a las páginas del cómic original) porque nada de eso se encuentra en Los 4 Fantásticos y Silver Surfer, film que desperdicia semejante punto de partida (así como la saga que unía al Doctor Muerte y a Estela Plateada iniciada en el nº57) en un desarrollo cuya principal intención parece ser apuntar una serie de buenas ideas (los miembros de los 4 Fantásticos convertidos en un fenómeno de masas incompatible con su vida privada; la elección entre salvar el mundo y formar una familia; la inestabilildad de los poderes de la Antorcha Humana) para abandonarlas a continuación en una supuesta película de acción en la que sus protagonistas casi nunca utilizan sus súper-poderes para combatir al mal, relegándolos a una excusa para poner en marcha una retahíla de gags visuales más o menos vergonzosos.

Si consideramos el esfuerzo de los creadores de un film a la hora de reproducir los estilemas visuales del cómic que adaptan como prueba de su compromiso con dicho material, el resultado de Los 4 Fantásticos y Silver Surfer es de lo más diáfano: si Silver Surfer (nombre original de Estela Plateada) se asemeja más al T-1.000 de Terminator 2. El juicio final y resulta humanizado en exceso desde el principio, reducir la colosal presencia de Galactus a una impersonal nube espacial evidencia el cobarde y mezquino acercamiento de los creadores de tan triste película a unos personajes y a un universo que, con toda seguridad, ellos mismos desprecian.

8 comentarios:

mariano dijo...

"Trilogía de Galactus, comprendida en los nº 48, 49 y 50, publicados en 1966, involucabra a sus cuatro fabulosos protagonistas, recién salidos, además, de su primer encuentro con la Zona Negativa".
Si no me equivoco estaban recién salidos de su primer encuentro con los inhumanos y Attilan.

José M. García dijo...

Ok, me he hecho un pequeño lío, pero la culpa no es del todo mía. Resulta que la cúpula que Máximus crea para encerrar la ciudad de los inhumanos tambiés es denominada "zona negativa" y de ahí mi confusión.

En fin, esto me pasa por meterme por caminos que no conozco del todo. Gracias por el aviso, lo arreglo y aquí queda en el comentario como muestra de mi error.

Un saludo.

Javier dijo...

El asunto del término "Zona Negativa" es peliagudo. Precisamente la aparición "oficial" de la misma 3 o 4 números después de la "Trilogía de Galactus", se usará como un medio de sortear la cúpula de Maximus. Tendría que releerme los cómics para ver mejor la relación de ambos temas.
Respecto a la reseña debo decir que una vez más la ha clavado, Mr. Int, y la expresión "escupir en la cara" es de lo más acertada para la sensación que deja lo mal que se ha usado tan soberbio material de origen. Y encima, me resultó mucho más tediosa que la primera película del cuarteto (seguramente, porque ya no podía ni disfrutar de ese placer malsano del que hablaba en la anterior reseña, referente a ver los héroes de la viñeta pasados a imagen real).

José M. García dijo...

En estos momentos estoy leyendo el tomo 6 de la Biblioteca Marvel de "Los 4 Fantásticos", así que, cuando llegue a ese momento que menciona, lo dejaré indicado.

Me alegro que se muestre duro con la película, porque, efectivamente, supone todo un atentado contra los fans: no porque no aproveche ese punto de partida, sino porque plano a plano parece reirse del material original.

Txema SG dijo...

Lo mismo que dije de la primera parte, pero un poco menos XD

José M. García dijo...

Gran capacidad de síntesis, Yota. Aún así, le veo muy benévolo con la película.

Comparadas con sus hermanas mayores ("Batman", "Spider-Man" o "X-Men"), el díptico de "Los 4F" ha contado con un presupuesto relativamente modesto, lo cual hace que hayan dado pingües beneficios. Ahora bien, teniendo en cuenta el mal sabor de boca dejado entre los fans, veremos si siguen por este camino, se apuntan a los últimamente célebres reboots o, simplemente, desaparece.

el cautivo dijo...

Bueno, todo lo dicho sobre la franquicia ya lo he vomitado en el anterior comentario. Esto es simplemente una continuación por los mismos derroteros lamentables de la primera. Viendo la superficialidad con el que tratan a los protagonistas esperar que entendiesen la profundidad de un personaje como Estela Plateada o pudiesen llevar a la pantalla la ilimitada grandiosidad de un concepto como Galactus es tiempo perdido.
Por lo demás, se le da un protagonismo mayor a Johnny, que fue el más carismático de la primera temporada. Ah, y volvemos a ver a la Mujer invisible en ropa interior (que horrible está Jessica Alba de Rubia platino, por cierto)

José M. García dijo...

Pues a mí este Johnny Storm me cae fatal... como el resto. Ese es el principal problema de estas películas: que consiguen que los que son los fabulosos 4f te caigan como el culo.

A mí es que Jessica Alba nunca me ha llamado la atención.