jueves, 22 de julio de 2010

Eclipse

(The Twilight Saga: Eclipse)
USA, 2010. 124m. C.
D.: David Slade P.: Wyck Godfrey, Greg Mooradian & Karen Rosenfelt G.: Melissa Rosenberg, basado en la novela de Stephenie Meyer I.: Kristen Stewart, Robert Pattinson, Taylor Lautner, Bryce Dallas Howard F.: 2.35:1

Sólo por la escena en la que vemos como un vampiro rechaza los placeres carnales que de manera insistente le solicita su víctima, puesto que prefiere esperar a que el matrimonio sacralice su unión para así poder salvar su alma, serviría para que la saga Crepúsculo en general, y Eclipse en particular, escribiera una página en la historia del cine vampírico. Para bien o para mal. La manera con la que Eclipse verbaliza su mensaje conservador se presenta como toda una declaración de intenciones, como si a base de subrayados lo dignificara, a la vez que lo reafirma. Es un detalle mas en una película plenamente consciente de los elementos que la conforman, tanto de cara a sus seguidores como a sus detractores y que incluye un buen número de guiños privados a ambos grupos (el comentario acerca de la tendencia de Jacob a despojarse de sus camisetas). Y resulta interesante este punto de vista con el cual la película defiende su personalidad, su mensaje, en una entrega que parece querer acercarse a ese amplio grupo que, hasta ahora, no ha vacilado en destrozar una y otra vez a la saga, aún sin haberla visto en gran parte de los casos.

En este sentido funciona la secuencia con la que se abre el film: una cacería en la que un pobre humano es acosado por su vamprírico perseguidor, quien juega cruelmente con él bajo una noche lluviosa. Una de las más repetidas acusaciones hechas a Crepúsculo es su acercamiento blando y poco menos que sacrílego al universo de los No-Muertos. Como respuesta directa, Eclipse nos presenta un grupo de chupasangres sanguinarios, de comportamientos casi animalescos, para quienes los seres humanos no son más que carnaza con la que alimentarse. Pero que nadie se lleve a engaño. En la siguiente escena tras el prólogo, Bella y Edward están acostados en un idílico prado, rodeados de flores, haciéndose todo tipo de carantoñas y mimos, besos y arrumacos. Eclipse pretende, y en gran parte consigue, tender un lazo de unión entre la tradición más oscura del género y los planteamientos romántico-juveniles característicos de la saga.

Esta combinación es la que convierte a Eclipse en la entrega más interesante de la serie, construyendo una estructura en la que se describe de manera paralela el desarrollo del triángulo amoroso entre Bella, Jacob y Edward por un lado, y el ejército de vampiros que se va formando, creciendo poco a poco, por el otro, y cuya amenaza directa aporta un elemento trágico que añade densidad dramática a la relación. Una relación que tras ser apuntada en las dos películas anteriores aquí explota en una serie de enfrentamientos cara a cara cuya utilización de una filosofía adolescente de desarmante ingenuidad acaba resultando irremediablemente entrañable (con mención especial de la escena de la tienda de campaña, cuyo planteamiento abiertamente ridículo casi es sublimado a base de insistir en él).

Una ingenuidad que contrasta con las brutales batallas entre los dos ejércitos formados, por un lado, por los hombres lobo y los vampiros que protegen a Bella y, por otro, el grupo de salvajes neófitos. Unos combates trepidantes y espectaculares, de marcada agresividad (repletos de desmembramientos y decapitaciones), y que acredita la presencia de David Slade tras las cámaras, quien ya había dado muestras de una notable capacidad para crear atmósferas en la interesante 30 días de oscuridad, así como de un notable equipo de efectos especiales, cuyos impresionantes licántropos digitales merecen todos los elogios.

4 comentarios:

el cautivo dijo...

Eclipse es hasta ahora la película que más me gusta de la Saga, primero porque como dije en Luna Nueva acepté el "saco" que supone ver estas películas como el prado florecido del inicio del film, los diálogos almibarados, o la estampa nevada del final.
Y segundo porque se "convencionaliza" para bien su acercamiento a los vampiros. Al fin aparecen chupasangres con sed y ganas de matar y sobre todo se hace algo de hincapié en la tragedia de ser un vampiro con esos flashback de los Cullen (que no es que sean muy buenos pero al menos aportan profundidad a algunos personajes que literalmente solo paseaban por pantalla)
Eso sí, Bella me exaspera cada vez más y me parece ridículo que nadie le haya dado dos bofetadas cuando dice que quiere ser vampiresa.

José M. García dijo...

En cierto modo, yo entiendo a Bella. Es la chica con mas mala suerte en la historia de las relaciones sentimentales: o se enamora de un vampiro o de un hombre lobo y, lo peor, es que ninguno de los dos le da una alegría al cuerpo. Normal que llegados a ese punto esté dispuesta a lo que sea, incluso a convertirse en vampira, con tal de "estrenarse" de una vez.

Un saludo.

Txema SG dijo...

Acabo de llegar de verla del cine y tengo que decir que me ha gustado bastante.

Además las breves escenas de acción han aprendido de anteriores entregas y son mucho más claras y espectaculares.

Y por fin Bella ha dejado de ser tan ñoña.

José M. García dijo...

Parece que la jugada de contratar a David Slade les ha salido buena. Es una pena qu emuchos se dejen llevar por los prejuicios porque creo que esta entrega tiene elementos para convencer a los escépticos.

Eso sí, la que nos espera con la próxima. Al igual que con Harry Potter, van a dividirla en dos partes y me juego lo que sea a que cada una dura dos horas como mínimo. Teniendo en cuenta que uno de los problemas de toda la saga es su excesiva duración y sus baches de ritmo, a ver qué pasa.

Gracias a todos por los comentarios.