D.: Ridley Scott
I.: Tom Skerritt, Sigourney Weaver, Veronica Cartwright, Harry Dean Stanton
Teniendo en cuenta el progresivo descenso de interés de la filmografía de Ridley Scott, y que incluye films tan alabados pero menores como Thelma & Louise o Gladiator, no deja de resultar interesante la manía de remontar sus films más logrados (¿para cuando una versión extendida de Los duelistas?). Aunque en términos generales, el Director's Cut de Alien. El 8º pasajero resulta inferior al original, sobre todo porque las nuevas escenas están introducidas con un montaje muy poco pulido, hay un plano inédito que por sí solo justifica el ver esta nueva versión. Brett entra en la zona en la que están situados los depósitos de agua. Del techo penden unas cadenas regadas por el agua que cae a modo de lluvia. Brett está buscando a Jonsie, el gato de Ripley. Se para debajo del agua, se quita la gorra y levanta la cara, mojándosela. Un plano en picado nos alerta de que "algo" está observando desde las alturas. Y, a continuación, se inserta un plano de la base de los depósitos, donde una misteriosa forma, oculta entre las sombras, permanece quieta, formando parte de la maquinaria: es el alien. En un mismo plano, Ridley Scott fusiona explicitud con sugerencia: nos muestra al "monstruo" y, a la vez, lo oculta. Ese es uno de los elementos que hace que Alien. El 8º pasajero siga conservando hoy, más de treinta años después de su estreno, todo su poder perturbador.
Durante los primeros minutos, la cámara recorre los pasillos de la nave comercial Nostromo y nos encontramos lejos de las asépticas naves de 2001. Una odisea del espacio o La guerra de las galaxias. La Nostromo se asemejaría más a un camión de mercancías. Pasillos oscuros y llenos de herrumbre, humedad, mala comida y que se avería constantemente. El decorado es esencial en Alien. El 8º pasajero, lleno de esquinas, agujeros y recovecos donde puede estar escondida la criatura quien con su figura biomecánica puede casi fundirse con el entorno. De esta manera, el film se convierte en un turbador ¿Donde está Wally? en el que cada movimiento de cámara, cada plano, aporta un terrorífico elemento subliminal. Es por ello que, tras una primera mitad en la que Ridley Scott nos muestra el trabajo en la Nostromo con un detallismo y una naturalidad casi documental, la nave se tornará en un espacio pesadillesco, hostil, casi mutado (las luces parpadeantes, las fugas de humo, el fuego).
Lo familiar que se vuelve extraño y, por tanto, amenazador: Alien. El 8º pasajero es un film de terror freudiano. El cuerpo de Kane que está incubando en su interior la futura amenaza; Ash, que tras su apariencia humana esconde un ser artificial; incluso el personaje de Ripley quien tras tener un papel secundario en la mayor parte de metraje, acaba desvelándose la protagonista del film. La imaginería sexual es uno de los elementos más importantes de la obra de H.R. Giger y empapa todo el film: el parásito que viola por la boca a Kane y lo insemina; el aspecto fálico del Alien; su lengua mortal llena de dientes que penetra brutalmente a sus víctimas; en la escena del ataque a Lambert, el alien recorre su pierna con la cola totalmente erecta; el strip-tease de Ripley, observado atentamente por el alien como si fuera un voyeur (destacar los posteriores planos detalle de la criatura, llenos de lascivia). El alien, con su cuerpo viscoso y su fálica cabeza, es la representación de nuestras pesadillas húmedas más primigenias e íntimas. Y eso es lo que hace que nos siga dando tanto miedo.
Durante los primeros minutos, la cámara recorre los pasillos de la nave comercial Nostromo y nos encontramos lejos de las asépticas naves de 2001. Una odisea del espacio o La guerra de las galaxias. La Nostromo se asemejaría más a un camión de mercancías. Pasillos oscuros y llenos de herrumbre, humedad, mala comida y que se avería constantemente. El decorado es esencial en Alien. El 8º pasajero, lleno de esquinas, agujeros y recovecos donde puede estar escondida la criatura quien con su figura biomecánica puede casi fundirse con el entorno. De esta manera, el film se convierte en un turbador ¿Donde está Wally? en el que cada movimiento de cámara, cada plano, aporta un terrorífico elemento subliminal. Es por ello que, tras una primera mitad en la que Ridley Scott nos muestra el trabajo en la Nostromo con un detallismo y una naturalidad casi documental, la nave se tornará en un espacio pesadillesco, hostil, casi mutado (las luces parpadeantes, las fugas de humo, el fuego).
Lo familiar que se vuelve extraño y, por tanto, amenazador: Alien. El 8º pasajero es un film de terror freudiano. El cuerpo de Kane que está incubando en su interior la futura amenaza; Ash, que tras su apariencia humana esconde un ser artificial; incluso el personaje de Ripley quien tras tener un papel secundario en la mayor parte de metraje, acaba desvelándose la protagonista del film. La imaginería sexual es uno de los elementos más importantes de la obra de H.R. Giger y empapa todo el film: el parásito que viola por la boca a Kane y lo insemina; el aspecto fálico del Alien; su lengua mortal llena de dientes que penetra brutalmente a sus víctimas; en la escena del ataque a Lambert, el alien recorre su pierna con la cola totalmente erecta; el strip-tease de Ripley, observado atentamente por el alien como si fuera un voyeur (destacar los posteriores planos detalle de la criatura, llenos de lascivia). El alien, con su cuerpo viscoso y su fálica cabeza, es la representación de nuestras pesadillas húmedas más primigenias e íntimas. Y eso es lo que hace que nos siga dando tanto miedo.
3 comentarios:
Gran peli. Revolucionaria. A ver si un día la puedo ver en un cine para disfrutarla como se debe.
Pues precisamente Ridley Scott aprovechó este Director's Cut para re-estrenar el film en cines. Quizás cuando la peli cumpla otros 10 años vuelvas a tener una oportunidad.
Confieso que este visionado me ha sorprendido bastante. Pensaba que había envejecido mal y se mantiene perfectamente.
Un saludo.
Pues no me he enterado de ese reestreno. En 2009 esta peli cumplía 30 años. Pensaba que se reestrenaría (estas cosas se hacen en Madrid), pero si ha sido así no me he enterado. P. e. este año así he podido ver en cine La Naranja Mecánica. En fin. A seguir esperando.
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