domingo, 21 de agosto de 2011

Huida del planeta de los simios

(Escape From the Planet of the Apes)
USA, 1971. 98m. C.
D.: Don Taylor P.: Arthur P. Jacobs G.: Paul Dehn, basado en los personajes creados por Pierre Boulle I.: Roddy McDowall, Kim Hunter, Bradford Dillman, Natalie Trundy

La tercera entrega de la serie iniciada por El planeta de los simios comienza en terreno conocido: un plano general nos muestra la orilla de una playa desértica, con el sonido de las olas golpeando la arena como único acompañamiento sonoro. Un inhóspito escenario que resulta familiar para cualquier seguidor de la saga hasta que por la parte izquierda del encuadre aparece un helicóptero y por tierra vemos llegar un destacamento militar. De golpe, la sensación de reencontrarse con un material reconocible desaparece para ser sustituida por la incertidumbre. Lo cual se potencia cuando descubrimos que en las aguas flota la misma nave espacial con la que el coronel Taylor llegara al extraño planeta que más tarde se revelara como su hogar.

Si la anterior entrega, Regreso al planeta de los simios, subrayaba su condición de continuación recuperando en sus créditos las escenas finales del film precedente buscando así la rápida conexión con el público, Huida del planeta de los simios busca el efecto contrario, desestabilizando desde el comienzo a ese mismo público para recuperar el factor sorpresa y el componente de misterio de los primeros minutos del título fundacional. De esta manera, se consigue insuflar cierto soplo de frescura, más teniendo en cuenta que el apocalíptico final de Regreso al planeta de los simios parecía cerrar todas las puertas a una posible continuación convencional.

Como si nos encontráramos ante una especie de remake del film protagonizado por Charlton Heston realizado en una dimensión paralela, Huida del planeta de los simios recupera el esquema de El planeta de los simios para darle la vuelta, constituyendo un reflejo invertido de aquél. En esta ocasión serán los chimpancés científicos Cornelius y Zira quienes, tras un descontrolado viaje en el tiempo, se conviertan en la anomalía en un planeta regido todavía por el ser humano recuperando, de manera coherente, el tono teórico de la película original en detrimento del espíritu de aventura netamente pulp de la que hacía gala la segunda parte.

Huida del planeta de los simios vuelve a incidir en el elemento pesimista que recorre toda la saga desde sus inicios para mostrarnos a una humanidad que a la hora de enfrentarse ante la posibilidad de su futuro exterminio, lejos de intentar evitarlo a través de un proceso de autocrítica, decide evitar tal fin utilizando las mismas herramientas que la arrastrarán hacia su inevitable condena. Las escenas en las cuales Cornelius y Zira son agasajados por la comunidad científica en un intento de integrarlos en la socidedad humana resultan oscuramente irónicas: los trajes hechos a medida, los elegantes vestidos, el alcohol o las comodidades de un hogar moderno como la televisión o un baño de burbujas se revelarán como los oropeles de una humanidad que intenta concentrar su actitud civilizada a través de las apariencias en el momento en el que, huyendo de sus perseguidores, los dos simios sólo encuentren refugio en el interior de un circo, rodeados de una serie de animales salvajes con los que se encontrarán más unidos que con sus teóricos "parientes" inteligentes.

Don Taylor confecciona la entrega más realista de la saga hasta ese momento, en la cual los elementos de ciencia-ficción prácticamente han desaparecido (limitándose al concepto del viaje en el tiempo), una decisión coherente con el planteamiento argumental del film, pues la acción ya no acontece en un lejano y posthecatómbico futuro, sino en nuestro presente (refiriendome a la fecha en la que se produjo y estrenó el film). Huida del planeta de los simios alcanza el punto álgido de su tono dramático con los dos protagonistas siendo acosados por unos perseguidores que hacen de su propio miedo el instrumento ideal para la destrucción, destacando la escalofriante imagen de Zira dejando caer a su retoño por la borda de un barco. El final de Huida del planeta de los simios transforma al film en una cruel paradoja, con la humanidad colocando la primera piedra de su perdición precisamente con la materia prima que podría haber servido para su salvación.


2 comentarios:

kenta dijo...

De nuevo una descripción precisa sobre la esencia de la película.
Para mí un soplo de aíre fresco después de la decepción que supuso el anterior film.
Un paso mas de la raza humana hacía su declibe y que culminará en la siguiente película, de la cúal espero leer pronto tu opinión, y de la que bebe la recién estrenada "El origen del planeta de los simios".
Volviendo a esta tercera entrega, la considero símpatica y desenfadada en gran parte de su metraje.
En la otra cara, esa persecución hacía los entrañables protagonistas. Como consigue (o al menos en mi caso) hacer que nos encariñemos con Aurelio y Zira y veamos el comportamiento del ser humano desde una tercera persona.
En conclusión: Un mensaje que se ha repetido a lo largo de la historia del cine, y es como el hombre es un ser lleno de prejuicios y que a causa de sus miedos no dudará en intentar destruir lo que considera distinto a él.

PD: Quedate con el pack el tiempo que quieras con tal de que exprimas y disfrutes de lo que para mi es una de las mejores sagas fantásticas del cine moderno.

Un saludo

José M. García dijo...

Hay que reconocer que es bastante ingeniosa la manera con la que se continua la saga después del callejón sin salida que era el final de la anterior. Y aunque las secuelas son más bien discretas, al menos, por ahora, son bastantes simpáticas.

Y sí, el espectador llega a conectar y empatizar antes con Cornelius y Zira que con los humanos.