USA, 1985. 97m. C.
D.: Martin Scorsese P.: Robert F. Colesberry, Griffin Dune & Amy Robinson G.: Joseph Minion I.: Griffin Dune, Rosanna Arquette, Verna Bloom, Linda Fiorentino F.: 1.85:1
La comedia es un género al que no se suele asociar el nombre de Martin Scorsese y en los 80 demostró el por qué. Tanto El rey de la comedia como esta ¡Jo, qué noche! son sendos films que no dudaríamos en incluir en el género pero que, en la práctica, participan mas en otros registros genéricos como el melodrama psicopático en la primera y el cine de terror en la segunda. Es como si a través de este tipo de films, que no dejan de ser excepciones en una filmografía marcada por el drama y el crimen, el director de Toro salvaje quisiera afianzar su postura autoral, demostrando que su personalidad está por encima de géneros o argumentos. Algo corroborado por el arranque del film: tras los títulos de créditos, la película se abre con un veloz travelling que recorre la oficina en la que trabaja el protagonista, toda una marca de fábrica del estilo febril del director italoamericano.
La energía de la que hace gala las mejores muestras del cine de Scorsese acerca a ¡Jo, qué noche! a un film de tono tan aparentemente distinto como es Taxi Driver. Al igual que en aquella, la ciudad de Nueva York no es un mero escenario, sino que se erige en protagonista del film: un laberinto oscuro y angosto, por cuyos intrincados pasillos vagará perdido el protagonista, como si fuese una minúscula ofrenda ofrecida a pétreas y gigantescas deidades con formas de edificios. La puesta en escena de Scorsese, compuesta de agresivos travellings y turbulentos contrapicados, dota a la narración de una atmósfera alucinada la cual, unida a los acontecimientos cada vez más surrealistas con los que tiene que lidiar el protagonista, convierte a este pesadillesco viaje al fin de la noche en casi una muestra de cine fantástico: ¡Jo, qué noche! acaba descubriéndose como un remake de El Ángel Exterminador, con el Soho transformado en un limbo cerrado del que no se puede salir, como la habitación en la que estaban atrapados los burgueses de Luis Buñuel.
¡Jo, qué noche! nos relata la odisea urbana por la que tendrá que pasar un acomodado urbanita por echar una cana al aire. En la presentación del protagonista, Scorsese nos muestra a través de una serie de veloces planos el objeto de deseo de éste: su propio trabajo, esa oficina blanca, aséptica, que da calor y seguridad. La tentación en forma de una guapa y simpática chica que conocerá en una cafetería le hará plantearse apartarse del camino prefijado y ponerle los cuernos a ese sistema del bienestar que tan bien le ha tratado. ¡Jo, qué noche! acaba siendo el recorrido de un creyente que se ha apartado de su fe (el trabajo) para trepar por el árbol del conocimiento (ese Nueva York nocturno y moderno del que es por completo ajeno) y las pruebas por las que tendrá que pasar para volver a abrazar esa fe. Así, primero peligrará su identidad, después su propia vida y, finalmente, llegará a perder su forma para, una vez desnudo, volver al buen camino donde las puertas del paraíso se le abrirán de nuevo, dando la bienvenido a su descarriado pero recobrado hijo pródigo.
La energía de la que hace gala las mejores muestras del cine de Scorsese acerca a ¡Jo, qué noche! a un film de tono tan aparentemente distinto como es Taxi Driver. Al igual que en aquella, la ciudad de Nueva York no es un mero escenario, sino que se erige en protagonista del film: un laberinto oscuro y angosto, por cuyos intrincados pasillos vagará perdido el protagonista, como si fuese una minúscula ofrenda ofrecida a pétreas y gigantescas deidades con formas de edificios. La puesta en escena de Scorsese, compuesta de agresivos travellings y turbulentos contrapicados, dota a la narración de una atmósfera alucinada la cual, unida a los acontecimientos cada vez más surrealistas con los que tiene que lidiar el protagonista, convierte a este pesadillesco viaje al fin de la noche en casi una muestra de cine fantástico: ¡Jo, qué noche! acaba descubriéndose como un remake de El Ángel Exterminador, con el Soho transformado en un limbo cerrado del que no se puede salir, como la habitación en la que estaban atrapados los burgueses de Luis Buñuel.
¡Jo, qué noche! nos relata la odisea urbana por la que tendrá que pasar un acomodado urbanita por echar una cana al aire. En la presentación del protagonista, Scorsese nos muestra a través de una serie de veloces planos el objeto de deseo de éste: su propio trabajo, esa oficina blanca, aséptica, que da calor y seguridad. La tentación en forma de una guapa y simpática chica que conocerá en una cafetería le hará plantearse apartarse del camino prefijado y ponerle los cuernos a ese sistema del bienestar que tan bien le ha tratado. ¡Jo, qué noche! acaba siendo el recorrido de un creyente que se ha apartado de su fe (el trabajo) para trepar por el árbol del conocimiento (ese Nueva York nocturno y moderno del que es por completo ajeno) y las pruebas por las que tendrá que pasar para volver a abrazar esa fe. Así, primero peligrará su identidad, después su propia vida y, finalmente, llegará a perder su forma para, una vez desnudo, volver al buen camino donde las puertas del paraíso se le abrirán de nuevo, dando la bienvenido a su descarriado pero recobrado hijo pródigo.
3 comentarios:
Por fin puedo volver a comentar! :D Entre el terror, pelis que no he visto y pelis que hace mucho tiempo vi no he podido decir nada, pero he leído.
Jo que noche es una peli que he visto varias veces pero nunca he podido verla desde el principio (esto no puede seguir así) así que no sabía que era de Scorsese. Me parece una gran peli y estoy de acuerdo con que no es una comedia. Aunque me parece un poco forzada la comparación con Buñuel creo que es acertado porque la peli trata de representar un mundo sin razón, pero aquí Scorsese no va tan lejos como Buñuel. A mi me recuerda más a Apocalipsis Now, el pj se mete en un mundo chalado, patas arriba.
Has visto Monday de Sabu?http://elcritiquitas.blogspot.com/2006/10/videados-18-monday-sabu-2000.html
Para mi es una versión japonesa y posmoderna de esa peli, estas de acuerdo? Si no la has visto te la recomiendo encarecidamente a pesar de que no coincidamos mucho en gustos.
Hace mucho tiempo que no veo esta película pero según recuerdo se desinflaba muy mucho en el último tercio de película. Y sí, es una película de humor, o lo más cercano que puede hacer Scorsese, convertirla en una película frenética y psicopática
LORD_PENGALLAN
Por fin coincidimos. Tengo que retomar las pelis de Russ Meyer para verle más por aquí.
La referencia a EL ÁNGEL EXTERMINADOR quizás esté cogida por los pelos, pero la verdad es que sí que me acordé de ella mientras veía ¡JO, QUE NOCHE!
No he visto nada de Sabu aunque sí he leído cosas muy buenas sobre él. Intentaré hacerme con ella, gracias por el consejo.
EL CAUTIVO
No noté ese desfallecimiento de ritmo. Eso sí, es cuando la peli se vuelve más oscura y quizás eso sea lo que hace que uno simpatice menos que con el comienzo, que es muy divertido.
me gustaría que scorsese se dejara de tanta superproducción y se animara a hacer una peli como esta: pequeña pero matona.
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