sábado, 17 de julio de 2010

The Human Centipede (First Sequence)

(The Human Centipede (First Sequence))
Holanda, 2009. 92m. C.
D.: Tom Six P.: Ilona Fix & Tom Six G.: Tom Six I.: Dieter Laser, Ashley C. Williams, Ashlynn Yennie, Akihiro Kitamura F.: 1.66:1

Aunque por lo general suelo evitarlo, en esta ocasión veo necesario comenzar la reseña con un breve resumen del argumento de la película que nos ocupa: The Human Centipede (First Sequence) nos presenta al doctor Heiter (interpretado por Dieter Laser, un cruce entre, atención, Howard Vernon y Lance Henriksen y que parece dirigido por el propio Jesús Franco), un prestigioso cirujano especializado en separar siameses que una vez jubilado se obsesiona en elaborar su más ambiciosa criatura: el ciempiés humano. Para ello, secuestra a un grupo de jóvenes turistas y los une a través de una compleja operación: coser los labios de uno de ellos al ano del otro y así sucesivamente con el resto de sus víctimas hasta lograr un encadenado de cuerpos ensamblados. Con un punto de partida tan bizarre y extremo como éste, no es extraño que incluso antes de su estreno, The Human Centipede (First Sequence) se convirtiera en un film de culto de manera casi automática. Y es precisamente en su argumento donde encontramos tanto el motivo para ver el film como las dudas ante su calidad: ¿es posible la elaboración de un largometraje de duración estándar partiendo de una historia tan retorcida como limitada?

Lo peor y más significativo que se puede decir de The Human Centipede (First Sequence) es que, finalmente, resulta un film tremendamente convencional. Más allá de su exóticamente escatológica idea, no nos encontramos muy lejos del llamado torture porn desarrollado por films teóricamente más comerciales como Hostel, Martyrs o A l'interieur, es decir, la exhibición más o menos complaciente del sufrimiento humano ejemplificado aquí en unas víctimas convertidas en seres insectoides obligados a alimentarse de los excrementos de sus compañeros. La imagen del mad doctor, ataviado con una litúrgica bata blanca, calzando unas brillante botas de color negro, gafas de sol y portando una fusta con la que castigar a su criatura añaden un tono de fetichismo nazi que pretende enrarecer una atmósfera ya de por sí perversa. Una perversión que se queda en la teoría debido a una puesta en escena aséptica y demasiado limpia que anula el tono enfermizo que la historia posee pero que el espectador nunca llega a notar. A medio camino entre el Frankenhooker de Henenlotter y La mosca de Cronenberg, The Human Centipede (First Sequence) carece de la autoconsciencia psicotrónica del primero y la gravedad metafísica del segundo, situándose en una anodina tierra de nadie.

El personaje del doctor Heiter refleja a la perfección el rumbo desnortado del propio film: una vez creada su fabulosa criatura, el lunático cirujano no parece saber muy bien qué hacer con ella, limitándose a convertirla en un fiel perro que le traiga el periódico. De igual manera, el director Tom Six es incapaz de desarrollar el llamativo punto de partida que él mismo ha creado, teniendo que acudir a los lugares comunes del cine de terror, deus ex machina incluído. Se me hace la boca agua sólo de pensar lo que hubiera podido hacer un auténtico esteta de lo bizarre como es Yoshihiro Nishimura con semejante historia.

2 comentarios:

el cautivo dijo...

Inclasificable argumento. Estoy perplejo y poco puedo aportar.

Mi pregunta va más bien ¿en base a qué escoges las películas comentadas? porque la selección es de lo más variopinta y heterodoxa

José M. García dijo...

Interesante pregunta y no fácil de responder.

Este blog es un diario personal de lo que veo día a día. Supongo que todo se reduce a que me gusta el cine en general, sin distinción de géneros, nacionalidades o presupuestos (aunque tengo mis preferencias, claro) y procuro ver de todo.

Uno de los mejores consejos cinematográficos que me han dado me lo dio el crítico Antonio José Navarro quien me dijo que siempre había que ser un espectador inquieto. Y de eso se trata, me dejo llevar por la curiosidad.

En honor a la verdad, la existencia de esta película ma la dio a conocer Bizarro Joe quien, por supuesto, me acompañó en el visionado.

Un saludo.