USA, 2000. 113m. C/BN
D.: Chritopher Nolan P.: Jennifer Todd & Suzanne Todd G.: Christopher Nolan, basado en el relato de Jonathan Nolan I.: Guy Pearce, Carrie-Anne Moss, Joe Pantoliano, Mark Boone Junior F.: 2.35:1
Tres años antes que Memento, David Lynch ya había utilizado el término "fuga psicogénica" para dotar de un perfil psicológico a su portentosa Carretera perdida. En el film escrito por el propio Lynch junto al novelista Barry Gifford, su protagonista, Fred Madison, incapaz de afrontar los hechos por el terrible crimen que había cometido acababa inventándose una nueva vida completa en su intento de huir de la realidad. La segunda película del director británico Christopher Nolan se interna en los mismos laberintos cerebrales que la película del director de Dune para realizar un estudio acerca de la relatividad de lo que conocemos como "realidad" o la manipulación de todo hecho objetivo a través de la búsqueda sin fin de su protagonista, Leonard, aquejado de una extraña enfermedad mental que le impide procesar y mantener recuerdos recientes, convirtiendo su cuerpo en un bloc de notas donde dejar constancia de los acontecimientos que no puede escribir en esa perenne hoja en blanco que es su memoria.
En Following, su primer film, Nolan utilizaba los esquemas argumentales del cine negro para deconstruirlos a través de una radical fragmentación narrativa. Visto hoy, ese pequeño film noir se nos descubre como un campo de pruebas de la mucho más ambiciosa Memento, donde, una vez más, se utiliza una base argumental deudora del género policíaco (el protagonista busca al asesino de su mujer, utilizando y siendo utilizado por el camino por iconos como el amigo policía, la femme fatale, el camello al que debe pasta esta última) pero, tomando como excusa la enfermedad de Leonard, pone en marcha un seductor engranaje sensorial: los acontecimientos se nos narran al revés, es decir, primero vemos las consecuencias para, después, descubrir las causas. De esta manera, el espectador se encuentra en un perpétuo estado de confusión, situado en una constante tierra de nadie, sin saber nunca lo que ha pasado antes, al igual que el sufrido protagonista, de cuya enfermedad acabamos contagiándonos.
Pero la estructura de Memento es aún más compleja, pues Nolan no se conforma sólo con realizar un thriller en rebobinado contínuo, sino que, como decíamos en el primer párrafo, se sumerge de lleno en el concepto de "subjetividad" y como esta acaba condicionando el mundo que percibimos por nuestros ojos, y no viceversa. Así, en Memento podemos contar hasta tres tiempos verbales: el presente, que serían las acciones que vemos en color; el pretérito, las escenas en blanco y negro, narradas de manera cronológica; y un difuso pretérito pluscuamperfecto, que sería la historia de Sammy Jenkins que Leonard le cuenta a su misterioso interlocutor telefónico. La combinación de estos tiempos produce en el espectador una sensación de pérdida, arrastrado por una cronología líquida y en cuyo tono de irrealidad se encuentra la clave del sentido del film.
Los últimos minutos de Memento convierten a su protagonista en un alma errante, completamente vacía, condenada a caminar siempre hacia delante, sin rumbo ni destino claro, movido no por hechos, sino por un sentimiento. Un mensaje que convierte a Memento en un film impregnado de un desaforado romanticismo nihilista, pues la razón no es más que una serie de excusas con las que dar un sentido a los dictados del corazón, convirtiendose la vida en una interminable cinta de moebius en la que penetramos por voluntad propia. Una idea, la existencia como bucle, que entronca con el final de Carretera perdida y es que quizás no es casualidad que Nolan eligiese para acompañar los créditos finales al mismo artista que David Lynch para abrir su film: David Bowie.
En Following, su primer film, Nolan utilizaba los esquemas argumentales del cine negro para deconstruirlos a través de una radical fragmentación narrativa. Visto hoy, ese pequeño film noir se nos descubre como un campo de pruebas de la mucho más ambiciosa Memento, donde, una vez más, se utiliza una base argumental deudora del género policíaco (el protagonista busca al asesino de su mujer, utilizando y siendo utilizado por el camino por iconos como el amigo policía, la femme fatale, el camello al que debe pasta esta última) pero, tomando como excusa la enfermedad de Leonard, pone en marcha un seductor engranaje sensorial: los acontecimientos se nos narran al revés, es decir, primero vemos las consecuencias para, después, descubrir las causas. De esta manera, el espectador se encuentra en un perpétuo estado de confusión, situado en una constante tierra de nadie, sin saber nunca lo que ha pasado antes, al igual que el sufrido protagonista, de cuya enfermedad acabamos contagiándonos.
Pero la estructura de Memento es aún más compleja, pues Nolan no se conforma sólo con realizar un thriller en rebobinado contínuo, sino que, como decíamos en el primer párrafo, se sumerge de lleno en el concepto de "subjetividad" y como esta acaba condicionando el mundo que percibimos por nuestros ojos, y no viceversa. Así, en Memento podemos contar hasta tres tiempos verbales: el presente, que serían las acciones que vemos en color; el pretérito, las escenas en blanco y negro, narradas de manera cronológica; y un difuso pretérito pluscuamperfecto, que sería la historia de Sammy Jenkins que Leonard le cuenta a su misterioso interlocutor telefónico. La combinación de estos tiempos produce en el espectador una sensación de pérdida, arrastrado por una cronología líquida y en cuyo tono de irrealidad se encuentra la clave del sentido del film.
Los últimos minutos de Memento convierten a su protagonista en un alma errante, completamente vacía, condenada a caminar siempre hacia delante, sin rumbo ni destino claro, movido no por hechos, sino por un sentimiento. Un mensaje que convierte a Memento en un film impregnado de un desaforado romanticismo nihilista, pues la razón no es más que una serie de excusas con las que dar un sentido a los dictados del corazón, convirtiendose la vida en una interminable cinta de moebius en la que penetramos por voluntad propia. Una idea, la existencia como bucle, que entronca con el final de Carretera perdida y es que quizás no es casualidad que Nolan eligiese para acompañar los créditos finales al mismo artista que David Lynch para abrir su film: David Bowie.
9 comentarios:
Memento es un ejercicio de estilo, basicamente. Porque se puede acusar que la historia principal contada de manera lineal sería la mar de simple.
Sí, es verdad, pero qué buen ejercicio. Tiene su mérito contando las consecuencias antes de las causas te consiga sorprender en ocasiones, o incluso emocionar (el momento en que vemos a Leonard rodeado de cosas de su mujer, para ver después como las había colocado él mismo para sorprenderse) y conseguir un desenlace cuando llega al punto que es el principio.
Y me recuerda algo a Origen en que tiene una parafernalia de película complicada de entender, pero está suficiente bien narrada para no perderte con un minimo de atención
Efectivamente, si ordenamos cronológicamente los hechos nos encontraríamos con una prototípica historia de cine policíaco. Lo que hace grande a MEMENTO es que ese ejercicio de estilo no es vacuo, sino que aporta una serie de lecturas que de otra manera no tendría.
Totalmente de acuerdo pero el problema es que es una peli de un solo visionado.
Yo la vi por primera vez en su momento en el cine y en vose (el doblaje es espantoso) y otra vez hace poco, también en cine y en vose, y esta última me aburrió mucho.
Como me impactó mucho la tengo bastante presente y, por ello, lo que propone la peli ya no es estimulante, también visualmente no es muy vibrante. No es una peli para volver a ver porque la historia es muy sencilla, de modo que no hay cosas que uno no pilló al principio que pilla la segunda, y no tiene gracia sabiendo quien es quien. Pero como experimento esta muy bien, lo digo porque da ideas y hace avanzar las técnicas narrativas posmodernas cinematográficas. Lo cual es bueno porque el cine sigue siendo demasiado decimonónico. Creo que a la larga será más influyente que "Matrix" por ejemplo.
A mi "Memento" me gustó mucho más que "Inception". Me parece mejor interpetada, mejor dirigida, más emocionante y más interesantes sus reflexiones sobre los temas nolanianos.
Está claro que el factor sorpresa desaparece después del primer visionado, pero yo creo que MEMENTO atesora virtudes más allá de estar contada al revés. Esta debe ser la 3ª o 4ª vez que la veo y, sobre todo, el final me sigue impactando.
Me parece curioso lo que dices de MATRIX, película revolucionaria por sus efectos especiales, pero narrativamente de lo más clásica (con su planteamiento, nudo y desenlace en su sitio y en orden).
Yo también pienso que el cine no ha evolucionado mucho desde los tiempos de Griffith, Eisenstein y demás. Sí, ha habido cambios de ritmo, se ha perfeccionado la técnica, pero utilizando las mismas bases.
Por ahora, me voy a cuidar de compararla con ORIGEN, porque esta sólo la he visto una vez y no sería justo. A ver en sucesivos visionarios como se mantiene.
Un saludo.
Lo de Matrix lo digo más por el tipo de planos, la estética, las ideas (viejas pero nuevas para el gran público) más que por la narrativa que no tiene nada de novedoso.
Pero sobre todo lo que quiero decir es que "Matrix" tuvo un tremendo impacto pero se ha quedao en na y "Memento" (y el cine de Nolan en general) sin ser mejor pero sí más avanzado será más influyente a pesar de que no ha impactado tanto.
Pero no puedo argumentar ya que es una percepción personal.
Pues no sé que decirle. Guste o no MATRIX ya ha hecho historia y su influencia creo que es constante y permanente en el cine de acción actual, aunque sea a un nivel estético (ejemplo, la pelea en el pasillo de ORIGEN o las coreografías de AIRBENDER). Lo gracioso es que nada de esto lo inventó MATRIX, pero sí que fue la que lo puso de moda entre el gran público.
Está claro que hoy en día MEMENTO es un film de culto, pero no sé yo si ha tenido tanta influencia posterior. Sí que han habido películas posteriores con juegos estructurales parecidos (por ejemplo, IRREVERSIBLE de Noé, 21 GRAMOS de Iñárritu o 5X2 de Ozon) pero creo que son fruto más de una apuesta personal de sus respectivos directores que de una influencia directa de la película de Nolan.
A mí MEMENTO sí me parece mejor que MATRIX :P
No quiero decir que tiene influencia sino que la tendrá. En cuanto a la influencia de "Matrix" seguro que tienes razón, a veces al hablar se me olvida que de ese tipo de cine llevo desconectado desde que pasamos al nuevo siglo.
Yo no sé decidirme entrambas porque las dos hoy me dejan bastante frío, pero "Memento" es mucho más audaz y novedosa.
precisamente la vi este lunes.
Lógicamente ya conocia el final. Trasandose de una peli que fue de las primeras que compré en dvd, con permiso de fight club.
La he visto como nueve veces. Una de ellas como comenta el diretor que se podria ver, creo que en los extras, que es cambiando las escenas de orden. Me puse el dvd, fui a seleccion de escenas y empece por la ultima escena. La verdad que pierde algo de sentido viendola asi y no cuadra mucho. Ademas, se pierde el ritmo teniendo que ir al menu de seleccion de escenas cada poco.
En definitiva, una de las peliculas que mas me sorprendio en su momento y supuso un soplo de aire fresco en eso años.
Simple y llanamente, me encanta.
El mundo no desaparece cuando cierras los ojos. Sigo ahi? De verdad sigo ahi? Si! Lo he conseguido!
En USA se sacó una edición especial donde se incluía el montaje cronológico de la película. Cierto que así pierde toda la gracia (y el sentido) pero resulta una curiosidad.
El problema de tu método es que las escenas en blanco y negros tendrían que ir todas seguidas al principio.
Publicar un comentario