USA, 2010. 103m. C.
D.: Lee Unkrich P.: Darla K. Anderson G.: Michael Arndt, basado en una idea de John Lasseter, Andrew Stanton & Lee Unkrich I.: Tom Hanks, Tim Allen, Joan Cusack, Ned Beatty F.: 1.85:1
La auténtica importancia de las películas de Pixar es que resultan mágicas incluso antes de empezar. En el caso que nos ocupa, la proyección de Toy Story 3 es precedida por una excepcional miniatura titulada Noche y día y que bien merecería una reseña aparte. Hermanamiento entre la animación 2D y la 3D, este corto supone toda una declaración de intenciones por parte del estudio capitaneado por John Lasseter: los chicos de Pixar saben de donde vienen y no están dispuestos a olvidarlo. Noche y día establece un puente entre la animación tradicional y la digital, una relación que la industria cinematográfica parece querer mantener a distancia pero cuya unión puede servir tanto para complementar nuestra visión de nuestro mundo como para despertar el sentido de la maravilla encerrado en lo cotidiano.
Con Toy Story 3 Pixar ha conseguido definitivamente consolidar el objetivo que parece haber guiado toda su carrera: redefinir el significado del término "para todos los públicos", generalmente utilizado como un eufemismo (peyorativo en no pocas ocasiones) para designar al cine "infantil". Con esta tercera parte de la fundacional Toy Story nos presentan la posibilidad de un cine universal ante el que desaparecen las diferencias de edad del espectador, ofreciendo elementos tanto para el espectador adulto como para el infantil en igualdad de condiciones.
Toy Story 3 continúa con el retrato de las inquietudes vitales de los juguetes. Si la primera parte nos descubría la existencia de una vida paralela a nuestros ojos en el interior de los objetos (aparentemente) inanimados y Toy Story 2 enfrentaba a sus protagonistas a las primeras dudas existenciales, con esta última entrega se da un pasito más hacia la oscuridad: el paso del tiempo afecta a los juguetes igual que a sus dueños humanos y, tarde o temprano, tienen que enfrentarse con la posibilidad de la desaparición, de su muerte. La mayor parte de la acción transcurre en el interior de una guardería donde se demuestra que el rechazo (que lleva al olvido, sinónimo de muerte para un juguete) puede despertar el lado oscuro, terrible, de los juguetes, creando una sociedad clasista de tono totalitario.
Todo un entramado existencial que Toy Story 3 adorna con la construcción de un virtuoso tour de force que en su intento de conglomerado de géneros toma la apariencia de un cine total: desde el cine bélico de evasiones al romanticismo más tierno; del cine de terror al drama sentimental; mezclando la sofisticación del gag más elaborado con la inmediatez del slapstick más puro. Un encadenado de highlights que tiene como consecuencia un perpétuo sentido de la maravilla así como una epicidad que explota en un climax final capaz de enmendarle la plana a la trilogía de El señor de los Anillos, y del que podemos destacar hallazgos como ese macabro bebé que parece la respuesta juguetera del Maestro Golpeador de Mad Max: Más allá de la Cúpula del Trueno, un Ken metrosexual, una Barbie convertida en la nueva Samus Aran o un Buzz Lightyear de corte andaluz que esperemos algún día protagonice su propio largometraje; ejemplos de lo que podría ser un interminable etcétera.
La aparición de un peluche de Totoro (emblema del estudio Ghibli y protagonista de una de las mejores películas de Hayao Miyazaki) sirve para hermanar en un mismo producto la sensibilidad y el espíritu de dos compañías especializadas en cine de animación y que están demostrando película a película que la magia sigue existiendo y que las entelequias no son del todo imposibles: Toy Story 3 deja claro que la perfección es posible en el cine.
Con Toy Story 3 Pixar ha conseguido definitivamente consolidar el objetivo que parece haber guiado toda su carrera: redefinir el significado del término "para todos los públicos", generalmente utilizado como un eufemismo (peyorativo en no pocas ocasiones) para designar al cine "infantil". Con esta tercera parte de la fundacional Toy Story nos presentan la posibilidad de un cine universal ante el que desaparecen las diferencias de edad del espectador, ofreciendo elementos tanto para el espectador adulto como para el infantil en igualdad de condiciones.
Toy Story 3 continúa con el retrato de las inquietudes vitales de los juguetes. Si la primera parte nos descubría la existencia de una vida paralela a nuestros ojos en el interior de los objetos (aparentemente) inanimados y Toy Story 2 enfrentaba a sus protagonistas a las primeras dudas existenciales, con esta última entrega se da un pasito más hacia la oscuridad: el paso del tiempo afecta a los juguetes igual que a sus dueños humanos y, tarde o temprano, tienen que enfrentarse con la posibilidad de la desaparición, de su muerte. La mayor parte de la acción transcurre en el interior de una guardería donde se demuestra que el rechazo (que lleva al olvido, sinónimo de muerte para un juguete) puede despertar el lado oscuro, terrible, de los juguetes, creando una sociedad clasista de tono totalitario.
Todo un entramado existencial que Toy Story 3 adorna con la construcción de un virtuoso tour de force que en su intento de conglomerado de géneros toma la apariencia de un cine total: desde el cine bélico de evasiones al romanticismo más tierno; del cine de terror al drama sentimental; mezclando la sofisticación del gag más elaborado con la inmediatez del slapstick más puro. Un encadenado de highlights que tiene como consecuencia un perpétuo sentido de la maravilla así como una epicidad que explota en un climax final capaz de enmendarle la plana a la trilogía de El señor de los Anillos, y del que podemos destacar hallazgos como ese macabro bebé que parece la respuesta juguetera del Maestro Golpeador de Mad Max: Más allá de la Cúpula del Trueno, un Ken metrosexual, una Barbie convertida en la nueva Samus Aran o un Buzz Lightyear de corte andaluz que esperemos algún día protagonice su propio largometraje; ejemplos de lo que podría ser un interminable etcétera.
La aparición de un peluche de Totoro (emblema del estudio Ghibli y protagonista de una de las mejores películas de Hayao Miyazaki) sirve para hermanar en un mismo producto la sensibilidad y el espíritu de dos compañías especializadas en cine de animación y que están demostrando película a película que la magia sigue existiendo y que las entelequias no son del todo imposibles: Toy Story 3 deja claro que la perfección es posible en el cine.
7 comentarios:
Buff, que grande, peliculón,peliculón, menuda trilogia, aqui se ha roto lo de las terceras partes, ¿la viste en 3-D?
Pues sí, al final nos decidimos por el 3D pensando más en el corto que había oído que le sacaba buen partido y así es. La película es cierto que no destaca mucho los efectos, pero ya la impresionante sensación de profundidad es notoria y además hace que destaque más lo enfocado en primer término.
De todas formas, está claro que no es más que un accesorio que no afecta para nada a la calidad de la peli (ni siquiera en AVATAR) y un poco molesto.
Un saludo.
Andaba yo con mi teoría extraña que Pixar estaba en un estancamiento, justamente cuando crítica y público habían girado los ojos hacia ellos. Desde BUscando a Nemo solo me han parecido redondas las películas de ese enfant terrible que es Brad Bird (The Incredibles y Ratatouille) mientras que a Cars, Wall.e y Up las veía demasiado irregulares, quizás por el hecho de querer ser más pretenciosas. Y ahí venía una secuela de los muñecos para darme la razón. Así que me llevo un zas en toda la boca.
Película perfecta, enorme, donde se vuelve a demostrar la capacidad de Pixar para crear personajes carismáticos con apenas cuatro pinceladas y donde nos deja una lección de cine en todo lo que toca: desde la historia de amor truncada en el flashback de Lotso, o la acción non-stop habitual del clímax pixar, o el momento "monte del destino" de la trituradora, o la emotividad del epílogo.
Además el deje fatalista sobre el destino final de los muñecos que impregna toda la película (y que reconozco es lo que más me gusta de la trilogía) le da un aire inesperado a esta película, que al menos para mí vuelve a poner a Pixar en primera línea.
Pd: Los personajes del corto son conceptualmente una maravilla prodigiosa. Aunque yo tampoco vi que el 3D aportase cosas demasiado interesante (aún no he visto escena en 3D que justifique el visionado en este formato)
Como digo más arriba, las 3D no dejan de ser un accesorio que puede estar mejor o peor, pero que no afectan a la calidad de la peli. En el caso del corto, la mayor profundidad de los "interiores" de los personajes queda muy bien.
Estoy de acuerdo en que quizás hay una excesiva adoración por Pixar quienes, está claro, hacen excelentes películas pero que se tachan de obra maestra con una celeridad alarmante (un poco lo que pasa con Clint Eastwood y hace años con Woody Allen).
La primera mitad de WALL·E me parece extraordinaria, pero después pierde fuelle y UP sí me parece sobrevalorada sin menospreciar sus evidentes virtudes (en este blog puedes encontrar las reseñas de estas dos pelis).
Un saludo.
A mi me sorprende la unanimidad que hay respecto a Walle y Up de llamarlas obras maestras. Creo que en ambas películas los críticos se fueron a la media hora convencidos que ya habían visto cine del bueno.
Y sí, la primera media hora de Wall-e es una maravilla absoluta, pero eso no quita que luego hay una segunda parte, que todo el mundo parece obviar donde se pierde las señas Pixar: secundarios sin chispa, detalles conceptuales burdos (esa humanidad obesa...) e incluso aburrimiento por momentos (tres persecuciones con el mismo esquema)Quizás el tema es que la idea de Wall-e no daba para una película entera, pero bueno, sé que es una batalla perdida, porque todo el mundo está convencido de la perfeccion de la cinta de Stanton.
Pd:¿habrá reseña de Inception?
Yo no soy tan duro con WALL·E. Su segunda mitad me parece notable aunque, claro, resulta más previsible y pierde la magia del comienzo (aunque por el camino tenemos momentos tan mágicos como el baile de Wall·E y EVA en el espacio).
En cuanto a ORIGEN pues supongo que tarde o temprano aparecerá por aquí, el cuando depende de si la veo en el cine o no. Le tengo curiosidad pero no especial interés (todo lo contrario con THE LAST AIRBENDER, que le tengo muchas ganas aunque también bastante miedo).
No puedo decir que es la mejor de la tres, pero por la nostalgia que nos hace sentir, pienso que lo es. La acabo de ver en HBO GO y siempre me deja una sensación de tristeza. Lo sé soy una melodramática.
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