Mátalos suavemente
Tras su exitosa El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, Andrew Dominik regresa con un nuevo ejercicio postmoderno, en este caso, centrado en el terreno del cine noir. Para ello, echa mano de una novela escrita en los años 70 para ambientarla en nuestra época conservando, por un lado, el estilo seco y violento propio de su década para adornarlo con un exceso de retórica emparentada con el locuaz cine de Quentin Tarantino. Su interpretación del género negro como metáfora socio-económica resulta harto sugerente pero en el debe hay que anotar ciertos arrebatos esteticistas algo incongruentes con el conjunto.
Cosmópolis
A modo de reto personal, David Cronenberg parece empecinado en convertirse en el ilustrador cinematográfico de la literatura imposible. Tras los aciertos con Burroughs, Ballard y McGraht le toca el turno a Don DeLillo con una de sus obras más abstractas y complejas. El resultado es uno de los trabajos más retóricos de su autor, en el que los crípticos diálogos responden a una serie de cifrados mensajes a través de los cuales descifrar las bases del apocalipsis capitalista. La presencia de un Robert Pattinson en perpetuo estado de letargo sirve de perfecta metáfora de una estructura tan unidireccional como de envenenado estatismo y que hacen del visionado de Cosmópolis una de las experiencias cinematográficas más desafiantes del año.
Looper
En su deslumbrante debut, Brick, Rian Johnson demostró que Raymond Chandler y el cine teenager de instituto podían convivir en el mismo punto espaciotemporal. A falta de ver su segundo film, The Brothers Bloom, inédito en nuestro país, Looper le confirma como uno de los renovadores genéricos más personales del panorama cinematográfico actual. Partiendo de un tema tan caro (y tan aparentemente agotado) a la ciencia-ficción como es el de los viajes temporales, Looper hace de su centro -la paradoja temporal- el punto neurálgico de su sentido exprimiendo todas las posibilidades de un brillante punto de partida. Pero, en última instancia, lo más sorprendente no son las excelentes interpretaciones, el inteligente y racionado uso de los efectos especiales, los calculados giros de guión o el notable sentido del espacio fílmico de su director, sino la habilidad con la que expone su elaborada arquitectura con envidiable sencillez.
Outrage
Tras el paréntesis metareflexivo que centró sus tres descon-certantes películas previas, a primera vista Outrage podría parecer un calculado, y no poco lógico, run for cover, retornando al cine de yakuzas con el que Takeshi Kitano alcanzó su prestigio internacional. Nada más lejos de la realidad. Por contra, Outrage supone una extraña parodia seria del género, despojándolo de cualquier adorno argumental o narrativo para exponer su esqueleto al desnudo. Una espiral de desaforada violencia que reduce los movimientos de los personajes a una danza de pura abstracción cuyo sentido último seguramente sea tan absurdo como lo parece.
5 comentarios:
De aquí solo he visto Outrage que me pareció bien.
Al final la de Killing no me animé porque me parecía tipicona y la de Jesse me pareció aburrida y la de Looper escuché cosas contradictorias. Seguramente me vea esta última.
Pues en el festival de Venecia de este año se presentó "Outrage Beyond". Veremos si Kitano sigue empecinado en su suicidio artístico-comercial.
Looper me parece una de las películas comerciales más refrescantes del año. Te recomiendo que veas, si no lo has hecho ya, la ópera prima de su director, la excelente "Brick".
¿No le das una oportunidad a Cronenberg?
Un saludo.
Cronenberg me suele aburrir y está dicen que es aburrida.
'Cosmopolis ' es otra criatura pretenciosa del Sr. Cronenberg (por qué no seguir el camino de 'Promesas del Este'?), perdido en sus masturbaciones capitalistas y apocalípticas disfrazadas de vampiros... Un saludo!!!
Resulta discutible buscar discursos políticos en la obra de Cronenberg, incluso en sus obras más aparentemente dadas a ellos (como "M. Butterfly") puesto que al director canadiense siempre le ha interesado más las mentes y los cuerpos que el contexto que les rodea. Y creo que "Cosmópolis" no es una excepción.
Yo me alegro que no siga por los mismos caminos de "Una historia de violencia" o "Promesas del Este", las cuales, a pesar de sus excelencias, carecían del vértigo que producen las mejores obras de su autor.
Un saludo.
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